La prostitución en las universidades
Los
estudios universitarios son caros para muchas familias chilenas, pero el
solucionar en parte este problema monetario pareciera tener una solución
impensada para muchos.
Patricio Borlone
L
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a ancestral profesión se está
constituyendo en una base sólida para costear los estudios de quienes asisten a
algunas universidades chilenas, tanto en regiones, como en Santiago de Chile. Y
esto no es nuevo, también sucede en muchas otras ciudades del mundo.
Hoy se pueden encontrar avisos
económicos y claramente destacados, en la prensa, revistas y hasta en los
tablones de mensajes de los universitarios. Muchos de esos mensajes son
subliminales, sólo se indica un número y un “llámame”; y con eso basta. Esas
notas escritas por jóvenes de ambos sexos asimilan, con cierto disimulo, la
trastienda de algunas casas de estudio superior; no obstante lo saben los que entienden
de estos llamados. Muchos de estos datos y números de celulares solucionan los
conflictos económicos y pasan de boca en boca entre alumnos, amistades e
indeterminados académicos. Da la impresión que el incremento del intrusismo en
numerosas muchachas y jóvenes universitarios, no sólo radica en la diversión y
el placer –para algunas- sino también en obtener aquellos dineros fáciles para
sostenerse más allá de lo que entregan padres y familiares para los estudios.
Tal vez algo parecido ha sucedido antes por largos años, pero en la actualidad
ha proliferado la actividad que parece ser más común que antes y con mayor
tecnología de difusión. Ellas son muchachas jóvenes, atractivas, llenas de
ganas de vivir, junto a estudiantes involucrados y al modernismo que se ha
plantado en la sociedad. Cada vez se necesita más dinero para sustentarse en el
ambiente universitario, porque más allá de los rigurosos estudios y ejercicios
prácticos de los alumnos, también existe la diversión.
Para muchos
investigadores de estos hechos, hay una correlación directa entre el aumento del
valor de las matrículas, las cuotas mensuales y las grandes deudas contraídas
por las familias con las universidades en Chile, por tanto, la prevalencia de
la prostitución entre alumnas de universidades, va por ese camino, aunque jamás
será bien visto.
En el exterior
"… en un estudio publicado en Sex
Education de 2010, los investigadores encuestaron
personalmente a 315 estudiantes de la Universidad de Londres. Aproximadamente
el 10% de los encuestados conocía a alguien que había trabajado como prostituta
o acompañante, y cuando se les preguntó por qué pensaban que lo hacían, el 93%
aseguró que la necesidad
de dinero era la
razón principal” (El Mundo-Lunes 05/03/2012).
Anexo a lo anterior, algunos
estudios anuncian que las prostitutas profesionales se han quejado de la
creciente invasión de sus terrenos por esa juventud universitaria y que ven
disminuidos sus ingresos por la constante pugna y desafío –casi desleal- de ese
grupo. Médicos del Mundo, un grupo serio de investigación y ayuda, explica que
el porcentaje de prostitución se ha incrementado en más de un 16% en las
ciudades universitarias en los últimos tres años.
Hay que argumentar que algunas
de aquellas muchachas, a medida que van teniendo éxito en su intromisión a la
prostitución, van escalando en el ambiente y luego se transforman en delicadas escorts Vips, muchas de ellas dejando
los estudios a un lado o abandonándolos, por la rentabilidad de la citada
acción. Muchas de ellas terminan manteniendo a las familias, de acuerdo a su
renombre y auge.
En Chile se espera que dentro
de unos años, cuando la educación universitaria sea gratis, la pregunta que
estará en el ambiente es si seguirá este oscuro manto de prostitución
incrustado en las casas de estudio.