La nueva novela que viene

Se llama por ahora "La casa del fondo"

Mi nueva novela, por ahora tiene el nombre de "La casa del fondo" y se encuentra en proceso de revisión. Es un tema entretenido. Que a los 60 años, le avisen a un profesor de literatura Medieval que es docente en una universidad chilena en 2011, que en Londres, Gran Bretaña, tiene una hija desconocida para él, de 38 años que reclama judicialmente su presencia, es todo una sorpresa. Debe partir a investigar y poner el pecho a las responsabilidades, bajo las actuales reglas y leyes británicas. Son muchas las peripecias que le suceden en el Londres actual, repleto de paros, de indignados que se quejan porque no se cumplen las promesas.
Personalmente, no podría precisarme como un escritor, soy simplemente un columnista, articulista que intenta plasmar recuerdos, conectarlos con la ficción de la narrativa e intentar transcribir aquellos a palabras comprensibles y claras para momentos de entretención de quienes aguantan leerme. Las aspiraciones no van más allá que eso, nada de sinecuras ni agonías. Los textos que resultan novelas o cuentos son inventos, son mentiras que el lector debe creer como ciertas si están bien planteadas y esa es la entretención del escritor-narrador, disfrutar de lo que escribe, estudia e investiga para que otros crean que es verdad. Pero la verdad podría estar oculta en lo que parece mentira, como lo que el narrador testigo de "La casa del fondo" ha experimentado las vicisitudes que cuenta en primera persona. No es una tarea fácil armar la historia como una cámara de de televisión, que sólo ve y observa sin introducirse en las mentes de los personajes, pero no se puede meter en la mente de los personajes. Y allí están los trucos que deben ocuparse para lograr el efecto. Y esa es la entretención. “La casa del fondo” tiene trucos para saber la verdad de los que se mueven en las páginas, es allí donde más me complazco.

No podría precisarme como un escritor, soy un columnista, articulista que intenta plasmar recuerdos, conectarlos con la ficción de la narrativa e intentar transcribir aquellos a palabras comprensibles y claras para momentos de entretención de quienes aguantan leerme. Las aspiraciones no van más allá que eso, nada de sinecuras ni agonías. Los textos que se hacen para novelas o cuentos son inventos, son mentiras que el lector debe creer como ciertas si están bien planteadas y esa es la entretención del escritor-narrador, disfrutar lo que escribe para que otros crean que es verdad. Pero la verdad podría estar oculta en lo que parece mentira, como lo que el narrador va experimentado en las vicisitudes que cuenta en primera persona. No es una tarea fácil armar la historia como una cámara de de televisión, que sólo observa. Y allí están los trucos que deben ocuparse para lograrlo. Y esa es la entretención. “La casa del fondo” tiene trucos para saber la verdad de los personajes y es allí donde más me complazco. Si alguna editorial no se interesa, entonces la conocerán por esta vía en unos meses a disposición de los lectores.

P. B.

(La foto es de la casa de un amigo de un conocido)