Wednesday, January 02, 2008


El clima podría alejar a turistas de la IV Región.


Pareciera que este verano no quiere llegar a la Región de Coquimbo. Las ammanecidas con lloviznas, nieblas y nublados permamentes, se están haciendo enemigos de loss veranos de antes.



Los días se han puestos grises al comienzo del año en La Serena. Sorpresivamente, pareciera que se está en pleno día invernal y no es por la temperatura que es relativamente agradable bordeando los 16 a 18 grados C. al mediodía. El asunto es que las nubosidad baja, media y abundante que se posesiona sobre los cielos en las amanecidas y mañanas, dejan a muchos turistas en casa y no dan muchas ganas de caminar hasta la playa. En cambio, el Valle de Elqui permanece pulcramente alumbrado por los rayos del sol.
Últimamente, se ha notado que los habitantes de la capital de la Región de Coquimbo, llamado Norte Chico o Norte Verde debido a su ubicación ascendente en las planicies costeras, han observado que ha aumentado notablemente el nublado casi permanente en el área. Aquellas nubes bajas casi pegadas a los cerros –catalogadas por el meteorólogo británico Luke Howard en 1896 en el Atlas Internacional de Nubes, como estratos- vienen a dar un dolor de cabeza a los que manejan el turismo y dispensan los servicios hoteleros a los que visitan la región.
La nubosidad enemiga de la aviación y de aquellos que les gusta el sol, está formada por una suerte de condensación de humedad atmosférica, revestida de miles de gotitas de agua y pequeños cristales de hielo (a más altura, más de estos cristales), siendo absolutamente visible la manifestación nubosa. Aunque en La Serena no llueva muy a menudo, estas formaciones nubosas son parte del ciclo que incluye la evaporación de la humedad de la superficie terrestre, luego como algo natural viene la condensación y saturación de las gotitas de agua que se desprenden de la nube y precipitan. El misterio es que en esta parte del mundo no sucede como en los lugares tropicales, que este tipo de nubes descargan su furia por unos minutos y luego desaparecen y sale el sol con furia, para secar todo lo mojado. Algunas opiniones señalan que el movimiento de vientos suaves asociados a la formación nubosa en reposo, afectan a su formación y permanecen allí como “estratus”, muy al contrario cuando la nubosidad está asociada a una formación con vientos o aire con fuertes corrientes verticales presentan un gran desarrollo vertical, se enfrían mayoritariamente y precipitan en la zona.
Como sea, la odiosa nubosidad sobre La Serena que, a veces, dura tres o cuatro días seguidos y sin ganas de abandonarla ni durante la tarde ni la noche, no es buena para el turismo, la aviación, los hoteles y menos para aquellos que con ansias esperan arrendar sus casas o departamentos a aquellos que arrancan del smog anual o vienen a conocer esta tierra. Habrá que pedir a “Santa Meteorología”, que conceda pronto el milagro de un buen soleado verano.
(Foto AP)