Thursday, August 27, 2009


Bancos Estado, el otro mejor negocio de Chile.

Las instituciones bancarias no prestan a las personas de tercera edad o adultos mayores, aunque estén bien de salud, con una buena pensión de 700 mil o más y jamás hayan estado en DICOM. Es increíble.

La crítica –me dijo un amigo que se siente engañado- va directa el Banco Estado, “que hasta envía e-mails promoviendo préstamos y cuando se hace presente al banco a cerrar el negocio con aviso en mano, le dicen que no es posible porque tiene 75 años de edad”. Hoy los chilenos viven hasta 78 y 80 años.

En los últimos seis meses los bancos han ganado $ 530.000 millones, trabajando con los recursos de los propios ahorrantes; pero muchas personas se quedan chupando el dedo cuando necesitan ayuda. ¿A los ahorrantes se les exige tener menos de 75 años para depositar sus dineros al banco? ¿Quiénes ganan con estas cantidades de dinero? Los ahorrantes no, porque les pagan apenas un 0,01 o algo así; casi la nada misma. ¿Será mejor guardar la plata en casa y no llevársela a los banqueros para que ellos ganen? ¿Si sucediera, qué pasaría?

Los intereses son constantemente muchas veces superiores a los del Banco Central. Prácticamente la mayoría de los bancos tienen una tasa similar en todo aspecto. ¿Caminarán por la misma vía que marcaron las farmacias coludidas?

Tal como señala Mark Twain en una de sus famosas frases: “El banquero es un señor que nos presta el paraguas cuando hace sol y nos lo exige cuando empieza a llover”.

Cuesta decidirse a escribir una columna en que existe un dedo acusador ante una institución como es el Banco Estado, que más parece un banco elitista. Otras entidades exigen como mínimo que el usuario sea cuentacorrentista o tenga uno de los servicios del banco para comenzar a evaluar si le prestan o no del dinero que se necesita.

Es notorio que la banca tenga hoy un comportamiento muy distinto al que quieren dar a conocer por su publicidad. Recuerdo que antes de la crisis, las entidades bancarias prestaban dinero a personas sin pensar quien era, cuánto, ni como, incluso observando al consumidor por su perfil, que podría presumirse un alto riesgo.

Hoy los bancos se prestan entre ellos con los intereses que entrega el Banco Central, que es bajísimo, pero hacia el público, aquellos dineros -en préstamos hipotecarios- los intereses van más allá del 300% de lo que ellos pagan por el costo de ese dinero. Ni pensar en préstamos de consumo para mi amigo.

La prensa ha publicado hace una semanas que “los trabajadores del sistema financiero chileno, agrupados en la Confederación de Sindicatos Bancarios de Chile, acusaron de “colusión” al conjunto de la Banca que funciona en Chile debido, por un lado al no traspaso de las bajas de las tasas de interés del Banco Central a la hora de ofrecer crédito a personas y empresas, y a que los intereses y restricciones de los créditos tienen los mismo números en las principales instituciones de la venta de dinero en el país”.

Mi amigo de 75 se quedará mirando al cielo y sin el préstamo del Banco Estado, que suponía que era Dios. Es todo lo contrario.

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