Monday, June 08, 2009


El eterno e incontenible miedo a volar.


Ese temor a veces incrotrolable, no es una enfermedad en sí misma, es sólo un síntoma absolutamente tratable donde hay que emplear técnicas especiales y adecuadas a cada persona. Claro que los accidentes de aviación que ocurren no ayudan mucho.

Las estadísticas actualizadas señalan que hoy existe cerca de un 49% de las personas que van en el mismo vuelo, disimulan ese miedo a volar y un 14% de los mismos pasajeros, lo sufren cerrando los ojos en el despegue o aterrizaje o aferrándosde fuertemente a los asientos. Estos porcentajes van paralelos a sucesos de accidentes de aviación ocurridos cercano a las fechas de viaje.

La aviofobia, que es el miedo a volar, afecta ciertamente a muchas personas, las que cada vez que viajan por ese medio de transporte pareciera ser una pesadilla, deben tomar un medicamento, aunque las estadísticas afirmen que es el medio de transporte más seguro para desplazarse por el mundo, ya sea por trabajo, turismo o vacaciones.

Pero esas mismas personas, aunque sientan clautrofobia dentro de un avión y sus pensamientos van centrados en ese “algo” que podría pasar durante el vuelo, pueden ir traquilos y sin temor en un automóvil por alguna carretera  nacional a más de 160 kilómetros por hora, incluso con algunos grados de alcohol en la sangre. Pero en un avión es la imaginación la que actúa.

La imaginación es muy especial en cada ser, sobre todo si se está en proceso de suponer situaciones. Y un pasajero temeroso de volar y sentirse “encerrado”, está dispuesto a crear cantidad de formación de imágenes mentales, personas, objetos o situaciones que supuestamente podrían seceder. La imaginación está en ese instante en el ejercicio de abstracción de la realidad y la mente podría formar deseos o preferencias que la mayoría de las veces no son razonables, como pensar en un accidente. Algún experto en psicología dijo: “Cuando la lógica y la imaginación entran en conflicto, la imaginación siempre vence”, por eso a veces hay que emplear algunas técnicas de relajación, control mental y métodos, que un buen profesional puede señalar en una consulta.

El temor a volar lo acrecentan situaciones como lo sucedido al vuelo AF447, el AirBus 330/200 de Air France, de la misma familia de los que llegan a La Florida. Los pilotos franceses se han negado a seguir volando los A330 y los A320 hasta que no cambien los sensores de velocidad, instrumentos que miden la velocidad del aire -conocidos como tubos Pitot- de aquellos modelos.

El extraño misterio del vuelo AF447 que hasta el día de hoy está lleno de hipótesis sin claridad de lo que pudo haber sucedido, está a la espera de una resolución. Aunque existe el rescate de alrededor de 20 cuerpos y partes de la aeronve, nada se podrá exponer sin las cajas negras, que probablemente estén a más de cuatro mil metros en la profundidad. Esto mismo ha llevado a una cantidad de usuarios a cancelar vuelos que realizaban la misma ruta del avión desaparecido.

Pero, ¿cómo saber si realmente se tiene ese temor a subir a un avión presto a partir a algún lugar? Si nota algunas de estas manifestaciones que se señalan, como: sensación de ahogo, algo de sudor, una suerte de angustia, un leve malestar físico y motriz, más deseos de orinar, es probable que sufra -de una manera leve- el mal que afecta a una cantidad importante de pasajeros, que es el síntoma del temor a volar. 



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