Friday, January 02, 2009


Los mayas, medidores del tiempo.



A sólo tres años de cumplirse el término del ciclo cósmico del calendario Maya, han proliferado las opiniones, puntos de vista y vaticinios acerca de qué sucederá después del sábado 22 de diciembre de 2012.


Si ha habido una civilización enigmática y brillante en el mundo, no cabe duda que es la cultura maya. Su misterio nace desde su origen, prácticamente desconocido, cuando aparece alrededor del siglo III a. C. en el área de Yucatán, como así mismo el motivo verdadero de su presurosa desaparición, que aún sigue en la interrogación más profunda. No obstante, dejó en sus códices una historia de conocimientos científicos inigualables. A esta civilización se le ha llamado “Los medidores del Tiempo”.
Se desarrolló en la península de Yucatán, México y en territorios adyacentes como América Central, entre los actuales está Belice, Guatemala, Honduras y El Salvador. Siempre se ha considerado a los mayas, que marcaron una fuerte y sólida línea de tiempo y que tuvieron un florecimiento grandioso en varios aspectos, como estudiosos en aspectos religiosos, astronómicos y agrícolas.
Sobre la base de profundos estudios que realizaron una larga lista de científicos, se ha ido descubriendo lentamente el legado Maya; edificios y pirámides que construyeron, cada ciudad que planificaron y muchos mecanismos de ciencia que dejaron, que son ejemplo en muchos aspectos. Ante cada nuevo hallazgo que realizaron los científicos involucrados, los mayas fueron revelándose como matemáticos (aritméticos dicen algunos escépticos), físicos y astrónomos que sí poseían conocimientos tan vastos que fueron capaces de realizar un calendario mucho más exacto que el que se usa en nuestros días. El tema es extenso y profundo como para iniciar comparaciones con otras civilizaciones que se desarrollaban al mismo tiempo. Los mayas también realizaron profecías y anuncios futuros como otros pueblos.
Este tipo de advertencias son consideradas afirmaciones clarividentes acerca del futuro del planeta, en forma general. No obstante existe una diferencia entre una profecía y una predicción. Esta última es una afirmación que es “utilizada para reforzar una teoría de acuerdo a un proceso lógico, mientras que una profecía no está ligada a un razonamiento en la previsión del resultado predicho y su inspiración sería de origen divino.”
Seguidores de esta notable civilización han llegado a pensar que una de las Siete Profecías Mayas –aquella que termina con el ciclo cósmico- traerá el año 2012 un cambio notorio en la Tierra y en los seres humanos que la habitan; otros adeptos, más actualizados, las profecías las relacionan con el Protocolo de Kioto, el alza de la temperatura del planeta y sucesos con calamidades variadas, como la aparición de una gigantesca roca meteórica que chocaría con la Tierra cerca del 2029 y hasta Nibirus, un nuevo planeta en órbita elíptica del sistema solar de denominación mitológica babilónica, se acercaría a la Tierra en ese año y que describe profundamente Zecharia Sitchin, en su libro “El Doceavo Planeta”.
Hay muchos próceres que han revelado cantidad de profecías que giran alrededor de la destrucción del planeta, de horrenda muerte y de todo lo maligno que se puede imaginar. Algunas de las más conocidas o difundidas profecías, son: las profecías de Sanctus Germanus, volúmenes 1 y 2, las de Nostradamus, las de los Toltecas, las profecías de San Malaquías y el libro “Serpiente De Luz: Después Del 2012”, escrito por Drunvalo Melchizedek, el que habla de lo que supuestamente sucederá al día siguiente del sábado 22 de diciembre de 2012.
Si bien es cierto el conocimiento de los mayas era grandioso, lo han demostrado con haber usado un signo especial para designar el cero, unos 500 años antes que los árabes, al mismo tiempo, su calendario tiene una sincronización con del Sol, la Luna y la Tierra, lo que es extraordinario para aquella época, pero no es menos cierto que no fueron capaces de darse cuenta de la gran sequía que los embargó por muchos años y sus siembras de maíz se fueron acabando lentamente. Coincidente con esto, hubo un desajuste climático como consecuencia del fenómeno de El Niño, clima que tuvo graves consecuencias para la agricultura en general en el Área Maya y en otros lugares de ese México.
En los descubrimientos posteriores, piedras esculpidas bajo relieve dejan ver una historia admirable siguiendo las interpretaciones de los signos. Los exploradores descubren el calendario maya y sus laberintos de tiempo que, luego de estudiarlo por años, pareciera terminar en forma abrupta, sin señalar la secuencia que podría continuar y que señala el año 2012 para un cambio profundo de término de algo, que ocurriría el siglo XXI; para ser más exacto, sábado 22 de diciembre de 2012, del tiempo actual.
Las preguntas son muchas. ¿Cuál es el significado de este brusco término? ¿Qué podría suceder? ¿Un cambio espiritual de Hombre? ¿Dónde se fueron los mayas? ¿Y por qué? Sucedió sólo meses antes que llegaran los conquistadores españoles a Yucatán. Desde allí se configuran miles de preguntas y siempre habrá alguien que señala o estima tener la verdad.
La Tierra lleva más de 4.500 millones de años girando como siempre, tiempo medido con los nuevos métodos de datación por radioisótopos y no será en el 2012 el que convenga en que el planeta sufrirá cambios, ni se destrozará ni volará por los aires. Tal vez el sábado 22 de diciembre de 2012 sea término de otra cosa; no se podrá saber a ciencia cierta qué, porque es una profecía más de las tantas que no se han cumplido. Habrá que esperar la fecha y dormir tranquilos. Faltan sólo tres años.

1 Comments:

At 8:59 AM, Anonymous Anonymous said...

Excelente articulo. Felicitaciones

Elizabeth

 

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