Wednesday, October 15, 2008


Laboratorios, cadenas de farmacias y la “canela” computacional, nos manejan.



Parece increíble que los laboratorios fabricantes o distribuidores de medicamentos importados entreguen incentivos por vender sus dispendiosos productos en desmedro de otros, como los genéricos, que nunca están.

Nuevamente sale a la luz pública el fortalecido negocio dirigido desde los extramuros de laboratorios y farmacias de las tres cadenas que comercializan el 93% de los medicamentos en Chile. La modernización, las bases de datos, la constante digitación de “ofertas para los vendedores de farmacias”, las que aparecen en la parte inferior del computador de consulta de precios, al digitar el medicamento solicitado por el cliente, que les entrega los porcentajes y valores que puede ganar el vender un remedio distinto al solicitado. El empleado prefiere vender uno de los que entregan un alto porcentaje de “coima” o canela -como se llama en la jerga farmacéutica- en vez de uno recetado específicamente por el médico, para una dolencia o enfermedad muy concreta. Sólo responde “es lo mismo”. El vendedor, que no es químico farmacéutico ni profesional de la salud, desconoce qué quiere atacar el médico con el remedio solicitado, además de ser un peligro porque todos los medicamentos que contienen drogas similares, no hacen el efecto diagnosticado por el facultativo. Estas son las manos negras de los medicamentos que valoran su propia ambición y no la acción social de mejorar al que recurre a un establecimiento a buscar algo que le alivie su mal.
El programa Contacto de canal 13 del martes pasado, reveló materias que se sabían –el copiado de las recetas sin consentimiento médico ni del paciente- pero que no estaban probadas y que son consideradas delitos por la ley, como la transferencia de datos esenciales, privados de médicos y pacientes con información personal, nombres, dirección, Rut, teléfonos, medicamentos recetados, dosis de las drogas, enfermedad que padecen los pacientes, etc.; todo esto transferido por la copia de receta por empresas especializadas, quienes “venden” los datos a laboratorios, instituciones varias y a bancos, los que al saber la enfermedad del cliente, no otorgan préstamos y uno se pregunta ¿por qué, cómo saben los bancos que enfermedad padezco?, suelen preguntarse muchos clientes de entidades bancarias de prestigio.
Las manos negras que hay que descubrir –hoy amparadas de distinta forma bajo diferentes escudos- deben ser investigadas y castigadas. Las únicas farmacias confiables –no cabe duda- son las privadas, pequeñas, las que no perteneces a las tres grandes cadenas.
En el siglo XXI ya no somos personas, somos como robots que pertenecemos a los listados de bases de datos de muchos lugares que se aprovechan de nosotros. ¿Seguiremos permitiendo esto? Alguien tiene que tomar cartas en este grave asunto; sólo falta nos pongan corre al cuello y nos dirijan hacia donde ellos quieren. Dejémos de ser amermelados y no entreguemos la receta para que se la llevan hacia dentro de la farmacia. Si quieren el nombre del medicamento, anótenlo en un papel. ¡Es tiempo de decir basta!

2 Comments:

At 1:32 PM, Anonymous Anonymous said...

Aca el reportaje completito para ver en real player


http://rapidshare.com/files/154280806/med.zip.html

 
At 8:50 PM, Anonymous Anonymous said...

hola, muy bueno el blog, si lo deseas, ingresa a mi pagina, a publicar un comentario. saludos

 

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