Monday, September 15, 2008


El amor ya no viaja en papel y tinta.


La tecnología ha avanzado en algunas cosas y ha hecho morir a otras. Las cartas escritas a mano con lapicera a tinta, ya no llegan. Los secretos del amor ahora van por mail y celular.

Aquellas cartas que traía el cartero después de caminar muchas cuadras, las que se esperaban con ansias para leer lo que rezaba el corazón de alguna mujer, por ejemplo, se han disuelto por aire, se han atascado en una nube o han sido reemplazadas por otro sistema como el correo electrónico. Hoy no existe la fecha escrita a mano, el lugar de donde venían esas cartas y sobre todo, se extraña ese final de la carta con un “Te ama…” y el nombre. Esto ha dejado de existir masivamente.
L0 curioso es que hoy, en el tiempo de las comunicaciones, pareciera que hay más soledad sin las cartas de papel y tinta -azul o negra- aunque se esté frente a un PC comunicado con muchas personas de distintos lugares del mundo, pero no se está acompañado por el pedazo de papel con las palabras del ser amado. El mejor instante de amor es aquel que despierta el alma y los sentidos al tocar la hoja levemente perfumada, la que disponía un sello absolutamente personalizado.
Es imposible negar que entre el actual e-mail y la vieja carta existe un mundo de diferencias. El mail se escribe rápidamente y tal como va saliendo de la mente; la carta es un monólogo desfasado, habrá un tiempo desde cuando se escribe y es recibida; se escribe con pensamiento total, se pueden cambiar palabras, hacer correcciones y leerla muchas veces para constatar que esté bien escrita, sabiendo que va lejos El mail -incluso lo que se escribe por chat- es más rápido y apresurado, el tiempo juega un papel importante allí, luego se aprieta una tecla y ya está en el correo electrónico esperando que lo abran; la carta necesita parsimonia, reflexión, escritura a mano, una firma, una lectura más, ponerla en un sobre y llevarla al correo. Eso es parte de la ceremonia imposible de evitar.
Cuando se quiere revivir un recuerdo que está en un e-mail, se debe encender el PC (si no se ha impreso), ir al programa de correo electrónico, pinchar, abrir y leer; con la carta antigua sólo basta abrir el sobre y leer lo que trae el recuerdo.
Hoy, los llamados instantáneos por celular y los correos electrónicos han monopolizado los contactos y el trasmitirse cosa y la vieja carta junto con la tarjeta de navidad y fin de año, van hacia el precipicio, tal como ya se fue el vinilo, el casete y el disquete.
Los e-mails que llegan hoy, podrían ser emulados por cualquier persona, pero la carta escrita a mano, no; aquellas tenían el sello absolutamente personal, porque se reconocía la escritura –por ejemplo- la “l” era bien alta o la “m” eran como varios cerros juntos y eso caracterizaba a quien la escribía. La forma de las letras daban esa sensación de reconocer lo inconfundible del “puño y letra” de la persona amiga. Los mails cualquiera los puede escribir escondiéndose bajo el escudo de otro, la carta no.

1 Comments:

At 5:43 PM, Anonymous Anonymous said...

uuuuuuuuuuuuuuuuuuuuufffffffffffff cuantas ideas se me vienen a la cabeza.......
mmmm evocador articulo señor Borlone....
saludos ;-)

 

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