Monday, July 14, 2008


Las pruebas que lentamente aparecen.

En los postreros meses y sobre todo en las últimas semanas, han aparecido señales que llaman a pensar en lo que está sucediendo con la salud del planeta. Cuando un humano tiene fiebre, está enfermo.

La destructiva erupción del volcán en las cercanías de la localidad de Chaitén, la del antiquísimo Llaima y los últimos volcanes que están evolucionando hoy en Hawai y en otros lugares del orbe, señalan una suerte de dolor interno de la tierra y una de las maneras de avisar esa enfermedad, es arrojar de sus profundas entrañas, rocas derretidas, fuego, cenizas y humo, lo que causa funestas consecuencias hasta 100 kilómetros a la redonda.
Lo anterior, unido al calentamiento global que desde hace años está temperando la atmósfera terrestre –para nadie desconocido- ha avanzado angustiosamente sin notarlo la gente común.
Los ilustres “señores del no de Kioto”, agrupados por coincidencia en el llamado G8, se reunieron y acordaron que el año 2050, podrían reducir en un 50% el CO2 que emiten hoy, a todo dar a la atmósfera que todos respiramos. Debemos agradecer la bondad del G8, que se ha dignado darnos un potencial respiro para que nuestros nietos y los hijos de ellos puedan tener la oportunidad de verificar si en realidad han reducido lo que han prometido. Les aseguro que así no será. Son como los candidatos políticos que mientras hay campaña prometen oro, moro y algo más. No les creo ni a los políticos ni a los G8.
La muestra que todo el mal que tiene la Tierra es por culpa de naciones como las de ellos y con algo muy pequeño de los países en desarrollo, se está mostrando en lo acelerado que vamos al despeñadero. Hace unas semanas, en pleno invierno 2008, se han comenzado a desprender los grandes bloques de hielo de los glaciales patagónicos argentinos, que sólo ocurre en tiempo de verano y que son una visión extraordinaria para los turistas que navegan por aquellas cercanías. Hoy se puede turistear en invierno hacia ese lugar y observarlo, cosa nunca sucedida en esta época del año, desde que esos glaciales están registrados por la historia. Queda la inquietud si es que ya estamos llegando a los tiempos futuros que creíamos tan lejanos.
Subirán los niveles de los océanos. ¿Hasta dónde habrá que encaramarse para no mojarse los pies en el futuro?
Las aflicciones que ha sufrido el Hombre, desde hace mucho tiempo, están representadas en la página personal de Gordon Michael Scallion; búsquelo y observe el futuro mapa de la Tierra, que él ha elaborado, tal vez en sus sueños o visiones. Quizá sea una idea un poco descabellada, pero hacia allá va este planeta azul. También puede leer mi blog.
Esto no es una alarma, simplemente es una proyección de lo que estamos presenciando en estos mismos días con la tierra donde pisamos. Ojalá que nuestros nietos y sus hijos no sean los testigos.
pborlone@gmail.com

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