Tuesday, November 29, 2005


REFLEXIONES ACERCA DE…

Cuando las cosas no caminan...


Hay una sola fórmula para evitar el divorcio: suprimir el matrimonio, pues el divorcio es la otra cara del matrimonio y se sabe que no hay moneda sin dos caras.
La Ley dice: “Artículo 53.- El divorcio pone término al matrimonio, pero no afectará en modo alguno la filiación ya determinada ni los derechos y obligaciones que emanan de ella.”
El divorcio es sumamente antiguo y no es una cosa novedosa y exclusiva de los países occidentales. La historia cuenta que los legendarios indios mohicanos y otros pueblos relacionados usaron el divorcio desde siempre, lo mismo sucedió en los tiempos de Abraham. En esa época en Israel era permitido dentro de la ley mosaica, a practicar el divorcio mediante la emisión del "libelo de repudio" o sea de la disolución del matrimonio. Entonces no es nada nuevo lo que se vive hoy.
Pero hay algo que se debe tomar en cuenta y es donde se ha introducido el divorcio legal, han aumentado sostenidamente las rupturas matrimoniales. Es por eso, que para muchos, el divorcio no arregla ningún problema sino que los agrava, pues habría un laberinto salvador por donde ir. Pero si esto no fuera suficiente en muchos países occidentales, se ha introducido la voluntad unilateral como causa de divorcio como una de las soluciones.
En Chile, lo nuevo y sorprendente es que en un corto tiempo después que se publicó la Ley N° 19.947, de Matrimonio Civil y posterior a octubre de este año 2005 en que se entregó a los Tribunales de Familia el llevar las causas, se han acumulado miles de demandas de divorcio de los que llevan más de 10 años viviendo separados hasta los que pueden comprobar legalmente el mínimo de un año de separación, lo que como resultado ha dado un impensado atochamiento de causas de divorcio en esos recientes inaugurados tribunales.
Si bien hay casos en que mujeres intrigantes y oportunistas que se aprovechan de situaciones dentro del matrimonio para aderezar de distintas formas las cosas materiales y físicas de manera que se adueñan de ellas, también las hay que son generosas e imparciales en todo ámbito dentro del matrimonio. Las primeras se aprovechan de hacer zancadillas a escondidas para usufructuar posteriormente de cosas que antes pertenecían a una sola de las partes y con latosos subterfugios aparecen inscritas a nombre de dos y que habrá que compartir llegado el final, o sea en el divorcio.
Hoy la sociedad vive una crisis y existen cambios constantemente, por lo que hay que aprender a vivir en ese dinamismo incesante. Sabiendo las alternativas que existen en la actualidad -como es el divorcio- hay muchos que siguen apostando por el matrimonio, pero apuntando a que la crisis la llevan por dentro, con cierto dolor inexplicable y hasta cierto punto, sufriendo. La gente suele preguntar por qué uno se divorcia, pero jamás pregunta porqué se casó.
El poder disolver una situación que está en crisis como sociedad y mantener un estado de “casados” que no se desea porque una persona está contra su voluntad en esa condición, la medicina perfecta es el divorcio. Y la última novedad –si no quiere ver ni en pinturas a la otra parte- es que dentro de unas dos semanas más, ya la modificación de la ley señalará que los cónyuges no estarán obligados a asistir a una primera audiencia de conciliación y si una de las partes no asiste, el proceso sigue su curso normal y tendrá mayor rapidez, sin contar que ayudará a muchos a decidirse por su demanda.

1 Comments:

At 4:56 PM, Anonymous Anonymous said...

Yo quiero divorciarme.
Enrique

 

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