Wednesday, November 16, 2005



FUJIMORE, LA GUINDA DE LA TORTA

DELICADA SITUACIÓN



Esta es época de conflictos, contrariedades y coincidencias planificadas. Cada vez que existen confusiones internas a nivel de gobierno, el Perú se las ingenia para desviar la mirada del pueblo hacia otro lado de tal manera que no se encharquen en la política interna y desvíen la mirada hacia algo más “importante”, como por ejemplo: Chile.
El constante poco afecto que se siente por Chile en ese país, hace que sus autoridades -a veces transgrediendo acuerdos internacionales- efectúen acciones que van en contra de este país; eso produce odiosos roces diplomáticos sobre todo si el golpe viene a la maleta y sin aviso.
Hoy está un poco silencioso lo que el congreso peruano aprobó para establecer las líneas base que estiman es su dominio del mar. Chile insiste que los tratados de límites marítimos sobre la base de los meridianos ha sido aceptada en su tiempo (1952 y 1954) por las autoridades de la época y está vigente y, si es necesario, se llevará a La Haya, pese a que el gobierno vecino se obstina en reafirmar que no tiene tratados vigentes en cuanto a “fronteras marítimas” y lo que existe son sólo acuerdos acerca de la explotación pesquera.
Las elecciones presidenciales peruanas serán el próximo año y para poner más fuego a la situación, en vez de agua de mar, el ex presidente Fujimore y todo su plan preparado de antemano se hace presente en el escenario chileno –bien o mal- para colocar la guinda de la torta. Ahora ya se tienen un enredo limítrofe, diplomático y judicial, justo en los tiempos pre-electorales chilenos.
¿Qué está buscando el Perú en esta etapa del roce diplomático?
Hay que saber que el mito de la hermandad chileno-peruana tiene una presencia ancestral de antipatía hacia el pueblo chileno y buscan, cada vez que se puede, arrastrar el poncho, a sabiendas que la economía más segura y elevada de Chile les lleva la delantera por una inmedible distancia, pues hoy Perú, sufre una tremenda crisis política y económica que trata de disimular y que, indudablemente, son el innegable producto de antiguas y malas administraciones.
Las agresivas diferencias marítimas en los límites, que ha planteado internamente Alejandro Toledo, estarían alimentando progresivamente una marcada irreverencia hacia el pueblo chileno y quiere mantenerse en esa posición, pues el mezquino apoyo popular que lo respalda no supera el 8%.
El día que el Perú tenga realmente buenas intenciones para con Chile, sólo será cuando elijan un gobierno estable, sano y eficiente, para que así puedan ostentar una bandera que lleve buenas intenciones y una estabilidad social que sea capaz de motivar a sus habitantes a tener un motivo para superarse. Tal vez de esa manera dejarán de crear roces diplomáticos que sólo logran crear más odios de ambos lados y hacer que las Fuerzas Armadas chilenas estén, cada vez, más preparadas para defender la soberanía.
En Perú, pese a todo, hoy existe una variedad de elementos de unión entre Chile y Perú y ambos pueblos esperan que las actitudes de soberbia del gobierno peruano actual, lleguen a un feliz término. Eso incluyendo la piedra en el zapato que ha sido la presencia intempestiva en el país de Alberto Fujimori y por quien, el martes 15 del presente se multiplicaron las manifestaciones de rechazo de pueblo peruano que gritó al unísono en Lima y provincias: “Chile, amigo, devuelve al dictador”.
Es de esperar que las cosas no cambien y no vaya al Japón y sí al Perú, para ser juzgado.
http://borlonerojas.blogspot.com/


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