Sunday, September 02, 2007


El divino ocio

Cada vez que haya una oportunidad de salir, viajar y divertirse, no hay que deshecharla; es importante llenar los espacios vacíos con algo que traiga una ocasión de diversión



Cuando se habla de ocio, es referirse al tiempo libre del que se puede disponer pasando fuera de la actividad casera o del trabajo. Existe una distinción clara y precisa entre trabajo y ocio. Este último, sin diferencia de clases sociales, puede asociarse a personas que haciendo una buena distribución de su tiempo, son capaces de dejar espacio para diversión, viajes y entretenimiento, liberando el estrés que significa tener que trabajar, muchas veces a presión, para poder subsistir.
Ahora, cuando el trabajo que se realiza es en forma placentera, no aburre, motiva y se realiza voluntariamente, podría ser una suerte de primo del verdadero ocio. El entretenimiento, base del ocio, es una actividad que busca saborear el regocijo personal y no persigue un ánimo productivo concreto, sino un pasatiempo para el que lo desarrolla. Si llegaran a coincidir ambas cosas, la parte productiva-económica y el recreo, sería vivir en una ficción, porque no hay mejor felicidad que trabajar en algo que sea grato y remunerado.
El ocio puede ser pasivo, si se evita la actividad física trabajosa, como es presenciar una obra de teatro, leer un libro, ver televisión o entretenerse navegando por Internet, que son ejemplos de un ocio estático. En cambio cuando el momento de ocio es activo y se aplican ejercicios físicos, como caminar, trotar o desarrollar un intenso gasto de energía en algún deporte, el ocio se transforma en un ejercicio positivo para la salud.
En muchas partes del mundo –y Chile no escapa a eso- el tiempo de ocio incumbe conocer otros lugares, dentro y fuera del país, para lo cual los sistemas de turismo y agencias de viajes están capacitadas para entregar, mayoritariamente, un servicio aceptable y formar paquetes de excursiones que pueden llevar tan lejos como la situación financiera personal lo permita.
Con sólo diez días o menos, un paquete de viaje de aquellos con “todo pagado”, puede llevar a los afortunados a alguno de los países del Caribe -por ejemplo- donde soñadas playas y noches de excitantes comidas y tragos exóticos, harán la vida placentera y conseguir disfrutar del ocio a todo dar.
La historia, desde su propio punto de vista, ha inscrito el estilo de vida de la aristocracia con el ocio y la recreación, pero en la actualidad, en razón a los mayores ingresos que reciben los profesionales, expertos y una gran cantidad de trabajadores, esa cualidad ha llegado más allá y cualquiera puede disfrutar de viajes y momentos gratos a plazos o en cuotas mensuales.
Entonces, el ocio, aparentemente, no se puede tomar como una pérdida de tiempo que se dilapida, muy por el contrario, es un motivo justo de recreación y la disparidad entre trabajo y ocio radica en la proyección del concepto de esparcimiento.

1 Comments:

At 6:18 AM, Blogger Unknown said...

Cuanta razón tiene en lo que dice, hay que tomar en cuenta sus sabias palabras.

 

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