Tuesday, May 29, 2007


¿Electricidad desde una fuente inagotable? (I)


Ahora que hasta el gas argentino se ha cortado en el invierno, es más cuando debemos pensar que la energía eléctrica es la solución; energía obtenida del mar que brinda el Océano Pacífico.


Muchos han sido los insignes cerebros que hace miles de años, pensaron en una energía que sirviera al hombre y que podría encontrarse en la naturaleza. El más lejano pareciera ser Tales de Mileto, filósofo griego que vivió cercano al 600 a. C., y que se dio cuenta que frotando el ámbar podía provocar la atracción de pequeñas cosas, y luego otro griego, Teofrasto, 300 años después, aseveraba que varias sustancias tenían esa misma propiedad. No obstante, el primer estudio científico sobre electricidad no se mostró hasta el 1600 d. C., al ser publicadas las experiencia de inglés Williams Gilbert, el que por primera vez aplicó el término "eléctrico" (viene del griego elektrón, ámbar) a la fuerza que ejercen las sustancias luego de ser frotadas. Pero, una máquina para producir "electricidad" no fue fabricada hasta el año1672 por el físico Otto von Guericke y estaba formada por una esfera de azufre que era movida por una manivela que al tocarla, producía el cosquilleo de la electricidad.
Luego vinieron el francés C.F. de Cisternay Du Fay, que señaló que la corriente era positiva y negativa; en 1745 se desarrolló el condensador "botella de Leyden" y posteriormente otros grandes, como Benjamín Franklin, que dedicó una gran parte de su vida a la investigación eléctrica, aportaron lo suyo.
Pero nadie incursionó en los desafíos de obtener electricidad de los océanos, como lo plantea en el año 1865, sin ser científico, Julio Verne en sus diálogos como capitán Nemo, a cargo del Nautilus en su obra "Veinte mil leguas de viaje submarino". Establece en su ficción, que toda la energía que mueve al submarino, la iluminación, los instrumentos y comunicaciones internas, están ejecutadas con electricidad obtenida del mar y explica la forma científica de hacerlo, lo que sería largo de exponer para esta corta columna.
Mucho después, en octubre de 1930, el científico francés George Claude, marca un hito mundial, cuando ante personalidades y autoridades en la localidad de Matanzas, Cuba, demuestra que se puede obtener electricidad del océano, sobre la base de partir de las diferencias de temperatura existente entre las capas de la superficie y sus profundidades. En Chile se ha experimentado levemente con este sistema.
En la actualidad hay varios otros medios que entregan los océanos para obtener electricidad de por vida. Mientras el mar tenga olas y el sol entregue calor e ilumine diariamente las tres cuartas partes de este globo azul, la electricidad estará allí esperando ser obtenida, como lo hacen Japón, Noruega, India, Portugal, Escocia, y Francia, quien obtiene desde hace años una gran cantidad de electricidad para diversos usos. ¿Y por qué no Chile?

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