RADIESTESIA, UNA TÉCNICA MILENIARIA

En el mundo aumentan los asiduos

La Radiestesia es una antigua práctica que ha tomado auge últimamente y que permite –a aquellos que saben- la captación de las ondas que todo cuerpo emite, incluso las ondas y vibraciones del ser humano y apuntan a manejar la “sensibilidad a las radiaciones”. El vocablo vendría del latín; Radius = Rayos y del Griego Aiszesis = Percepción.
La historia señala que en 1949, un grupo de exploradores y aventureros franceses que recorrían las Montañas Atlas, descubrieron lo que ahora se conoce como "Las Cuevas de Tassili", cavernas con enormes pinturas rupestres inscritas en sus murallas. Hay cuatro grandes y la cuarta y última pintura rupestre representa a un zahorí (el que se dedica a la búsqueda de agua) rodeado por varios otros buscando agua con una varilla. De acuerdo al método del carbono 14, se les atribuye una data cercana a los 8.000 años, lo que significa colegir que este sistema es antiquísimo.
Esta habilidad es una disciplina donde se prueba la facultad del “radiestesista” de percibir las ondas, vibraciones y las posibles radiaciones que emiten los objetos y cuerpos, conjuntamente con la capacidad de pronosticar y descubrir situaciones críticos por donde se pasa la varilla, péndulo u otro artilugio en uso. El instrumento puede tener forma de “E” o “Y”; puede ser de madera o metal y se lo toma con ambas manos Muchos observadores de estas increíbles prácticas piensan que es una pseudociencia, aunque existe un conjunto de conocimientos, metodologías y experiencias que avalarían lo contrario, ellos la consideran como no científica; pese a esto, en el siglo pasado, las investigaciones de Albert Einstein demostraron por medio de un principio científico que la energía es de naturaleza vibratoria, que es justamente lo que capta la varilla o péndulo cuando se practica la radiestesia.
A pesar de no existir una teoría consolidada que se explique los mecanismos de la radiestesia, ello no impide que se realicen ejercicios positivamente y que entreguen pruebas de gran utilidad, como para servir a la búsqueda de personas, animales u objetos desaparecidos, además, de la tradicional detección de aguas subterráneas efectuadas por los zahoríes. Se calcula que el 16% del agua que la humanidad utiliza fue descubierta por ellos y de esa forma.
La técnica de la radiestesia puede decirse que nació con el hombre, como un fenómeno de la sensibilidad que todo humano tiene. En los últimos 100 años, se ha derivado a muchas otras áreas de la vida cotidiana y tiene infinidad de aplicaciones tanto en lo cotidiano, hogareño, como en lo profesional. Se destaca en la geología, mineralogía, carbonífera; también en Farmacia y Biología, tanto humana como animal; en la antigüedad de monumentos, obras de arte y muchos otros tópicos.
Hoy existen libros, cursos, talleres, experiencias y práctica de esta técnica que al comienzo se le llamó Rabdomancia, que viene de “Rabdos”: varilla y de “Mancia”: adivinación. No es necesario ser un dotado de poderes especiales para esta práctica, simplemente es imprescindible que el operador se " desconecte" de sus problemas cotidianos mientras dure la realización del mismo. Durante la práctica con cuerpos enfermos, el autodominio, la serenidad, la concentración, la abstracción mental y otras sutilezas, juegan un papel de suma importancia para los buenos resultados en el manejo del péndulo o varilla. En el presente se está difundiendo el uso de esta técnica.
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