Sunday, December 11, 2005


¿EL ESPÍRITU NAVIDEÑO ES UN NEGOCIO?

Durante años el comercio ha hecho endeudarse a la gente, por tradición.


Si bien el ambiente navideño tiene un algo mágico que ninguna otra fiesta tiene, hay muchas personas que no “están ni ahí con la Navidad”. Motivos hay muchos: Que es una lata las fiestas; que es un negocio de los comerciantes, que desde dos meses antes ya están anunciando avisos subliminales para meterlos en las mentes de los niños, quienes lo único que esperan son juguetes y que ni recuerdan o no saben el motivo religioso que hace que la Navidad se celebre. Mañana 24 será Navidad y en muchos hogares el sacrificio de los padres será engalanado con juguetes, desde muñecas de trapo, un monopatín, un caballo de madera, un celular, computador o un automóvil y todo estará de acuerdo al lugar y el estado económico de la familia. La felicidad dependerá de cómo fue el año laboral o simplemente de los endeudamientos en el comercio o con algún banco o financiera. Los niños no saben de eso, pero sí lo saben los padres que estarán entrampados hasta el próximo diciembre pagando las cuotas con un recargo alto en la tasa de interés. Este año la venta de dinero será alta, aunque el país como tal, seguirá en buen pie y los negocios de venta de pesos chilenos no fallará. Hasta los nuevos bancos de las casas comerciales, han hecho su agosto en pleno diciembre.La tarjetita, que más parece de goma que de plástico por la forma como se estira, se le ha borrado la cinta magnética de tanto uso que le dan los incorregibles consumidores de fin de año. La Navidad será mañana, por lo que la mayoría de las casas de los chilenos deben engalardonarse para recibir tan linda fiesta. Pondrán un arbolito navideño lleno de luces y adornos ad hoc, tendrán preparada la cena para la noche buena y los regalos por montones, sobre todo en aquellas casas donde se junta la familia, parientes, amigos y se cantan los nombres de los afortunados que les toca el regalo. Esos deben recibir el obsequio en medio de aplausos, risas y gritería, abriéndolo en el momento, lo que traerá comentarios o silbatinas. El piso y las alfombras se llenarán de cintas, papel de todos colores con homenajes navideños, cajas, trozos de hojas, envoltorios y bolsas al por mayor. Lo mágico que envolvía la noche se va desarmando, los tragos rezagados y el champagne estilan sus últimas gotas y el ambiente mágico que había nacido al principio, se va disipando lentamente. Viene el sueño de los más pequeños que, abrazados a sus regalos, cierran lentamente sus párpados. El espíritu navideño que unió a toda una familia con una noche buena –unos a gusto, otros no tanto- va quedando sólo en las exquisiteces que el paladar enalteció; la elegancia y la discreción del comienzo se ha relajado y varios entrecierran ojos deseando una cama donde descansar. El árbol de Navidad junto al pesebre descansan en el rincón al lado de la ventana y las luces aún destellan eternas reflejando su imagen por las paredes. Las velitas de la mesa están feneciendo con una debilitada llama y los platos se amontonan sobre la mesa. Varios de aquellos que odian estas fechas, por haber hecho filas en los supermercados o paseado de un pasillo a otro en los centros comerciales, respiran más tranquilos al ver terminarse ese día, en que se acallaron los gritos y la algarabía; mientras que para otros ha sido de jolgorio, alegría, celebración y ha sido también de tristeza y melancolía por tantos recuerdos callados.La Navidad será un comercio, igual que varias otras fiestas en el año, pero lo importante es volver a reunir la familia en una fecha navideña que después será recuerdo.

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