Wednesday, December 21, 2005


EL AUTOR INÉDITO QUE QUIERE SER PUBLICADO. (2)

Escribir para ser eterno

Cuando ya se ha asistido a un par de talleres de literatura, de cuento o novela y se establece una suerte del sentido del conocimiento de escribir, viene la pregunta: ¿Por qué escribir? Y la respuesta a esa pregunta podría ser lo que emitan los “porque y los “para”.
Podría ser para soñar, para comprenderse uno mismo, para jugar con las palabras, para romperlas, para desordenarlas u ordenarlas, para corregir su propia vida, para inventar mundos, para decir lo que se desea cuando la palabra no es suficiente, contando con que lo escrito se puede corregir o mejorar; lo oral no. También se escribe para comunicarse y para ser eterno. Alguien dijo que el escribir era una actividad parecida a soñar, donde todo puede suceder.
Pero toda esta experiencia de pasar las ideas que vayan surgiendo al papel, ya sea usando un lápiz o un teclado de computador, tiene una razón de ser y al medio de esta práctica existe tanto una valla que cruzar o un trampolín que saltar; son los obstáculos.
Para iniciar una historia solo basta mirar alrededor de uno mismo. Un pajarillo que vuela, una rama de árbol que es agitada por el viento, una nube que se va transformando lentamente y cambia de forma, el ruido de los vehículos, la risa de los niños, etc. Material hay diariamente para iniciar un escrito simple. La otra forma es pensar en situaciones pasadas, recordarlas y ponerlas en el papel.
Por ejemplo, ¿cuál fue la primera casa donde se vivió de la que se tenga recuerdo?, ¿quién fue el primer amigo?, ¿cuál fue la primera película que vio? Se puede comenzar haciendo una lista de estos elementos y acciones, tomándose un tiempo determinado; media hora, como ejemplo. De allí surgirá una idea o varias que se irán anexando y formarán un pequeño todo.
También se puede partir cazando ideas o inventándolas. Como propuesta podría ser escribir un texto corto basado en una frase cualquiera: “Hay puertas que se abren hacia dentro y otras se abren hacia fuera”. La idea de la puerta le puede traer personajes que entran, que salen o simplemente pasan. Pueden pasar acompañados, vestidos diferentes, con sombrero o sin él. Las ideas van surgiendo.
Lo que escriba, aunque le parezca infantil, no lo bote ni lo borre. Algún día lo volverá a leer y algo saldrá de esa infantil idea. Considere que esto no es un curso ni mucho menos; simplemente son reflexiones y pasos que podrían servir a las personas que no se atreven a escribir unas cuantas palabras.
Todo el mundo tiene ideas para contar. Algunos lo hacen verbalmente y se sienten que tienen un ángel para relatar cuentos a sus amigos. Otros, tal vez los menos, pueden hacerlo por escrito y eso necesita práctica y herramientas; son los narradores, aquellos que aparecen de la mano del escritor, que con un disfraz y la palabra del personaje, cuentan y relatan un hecho, entonces no es el escritor quien habla, es el narrador. El autor es quien le da la palabra al narrador.
Gracias al narrador, el escritor puede transformarse en quien desee, puede estar en cualquier época, puede tener cualquier edad, pasear por un parque o un bosque, cambiar de sexo o simplemente tener un carácter endemoniado y pertenecer a una clase social determinada. El narrador y el autor son dos cosas distintas.
El narrador –que puede ser en primera persona o en tercera - es quien da la acción y el campo para que los personajes dialoguen o gesten acciones de distinta índole, según se lleve la historia.
Entonces, a prepararse para escribir, ser tenaz y no claudicar.

1 Comments:

At 3:44 AM, Anonymous Anonymous said...

Buenos datos y ejemplos de como comenzar a escribir,señor Borlone.Creo que yo partiré con una pregunta como premisa:
¿Puede quererse y desearse tanto un bombom , pese a notar que se está derritiendo?.......
Siempre he sentido debilidad por fotografias de manos. Debo confesar que la que inicia su articulo está disponible como fondo de pantalla en mi PC desde el día de ayer.
Un abrazo y un beso cálido.
Yo misma.....:-)

 

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