Tuesday, October 18, 2005


LA HIGUERA DE SAN JUAN

También sirve para otras cosas

Un joven muy bailarin y carretero llega a una fiesta en que festejaba a San Juan; observa por un rato a su a alrededor y no encuentra a una pareja con quien bailar. De crepente mira hacia una mesa y una linda señorita estaba sentada con sus padres. Se dirige hacia ellos.
-¿Me permitiría bailar con la señorita? -dice el joven al padre.
Los padres y la joven se miran entre si y le responden:
-Disculpe joven, lo que pasa es que la señorita no tiene piernas.
El joven, sorprendido y apenado responde: Perdóneme, pero no era mi intención ofenderles, no sabía lo de su estado, pero aun así, quisiera bailar con ella, yo la sujetaría fuerte y así bailaríamos sin problemas.
La señorita y sus padres aceptaron y los dos empezaron a bailar. Pero como la chica estaba muy pegada a las partes íntimas del joven, éste empezó a excitarse y ella también. Entonces él le propone a la chica estar en un lugar más solo y ella le dice que en la parte trasera de la casa hay un árbol de higuera y que ahí podría ser.
Cuando están debajo de la higuera, él le propone hacer el amor, pero no sabe como hacerlo. Entonces ella, bajando la vista le responde: Si me subes un poco, me sujetaría de esa rama de la higuera, la ves? Sí, dice él, me parece bien. Luego de realizar el acto entre murmullos y jadeos, la baja abrazándola y se dirigen a la mesa de los padres de la joven.
-Aquí está su hija, Señores. Gracias por todo dijo el joven, con una venia.
Y los padres de la chica le responden:
-Usted sí que es todo un caballero, noble, honesto y gentil.
-No es para tanto -interrumpe el joven.
-¡Pero claro que sí, señor! Usted es el único que la ha traído de vuelta hasta aquí. ¡Los demás me la dejan colgando en la higuera!