Thursday, February 14, 2008


La sequía, una calamidad esperada.



Desde hace unos 60 años que no se daban las circunstancias que en la actualidad se están percibiendo respecto al desastre que se espera de la sequía. La situación está en camino de noquear a una gran parte del centro-sur del país, si pronto no sucede algo extraordinario.


. Aunque hay sequía en distintos lugares del mundo, la diferencia está en que en aquellos sitios pueden hacer algo con su aflicción para sobrellevarla. Aquí no se sabe mucho de cómo manejarla y las autoridades han señalado que se espera una sequía de grueso calibre, de aquellas que no han ocurrido desde 1946. Si bien es cierto se han comenzado a tomar medidas precautorias –sobre todo por el consumo de agua- para prevenir un riesgo o daño y salvaguardarse un tanto de lo que puede ocurrir en el futuro, también es cierto que no es fácil convencer a las personas de que no ocupen agua en asuntos insubstanciales. Además, han prometido las penas del infierno para los que sorprendan “robando” agua sin contar con las autorizaciones correspondientes y que aquellos serán, denunciados los tribunales. ¿Irá a comenzar pronto la amenazadora guerra del agua?
Muchos científicos han estudiado por años esta proterva situación que se crea por falta de precipitaciones de agua lluvia. Algunos se inclinan por un origen que se puede atribuir a las variaciones climáticas, que a su vez puede tener dos procedencias generales: causas terrestres y causas que están fuera de la Tierra, o extraterrestres. Las primeras dicen razón con la actividad humana y el aumento desmedido del dióxido de carbono (CO2), que contamina la atmósfera, cambio en los océanos, alteraciones en la capa vegetal del suelo, etc., la segunda se relaciona con la variación de la radiación solar. Entonces, no cabe duda que el efecto invernadero está participa de alguna manera en esta sequía que se está presentando. Y el fenómeno la Niña, que está a la vuelta de la esquina, puede que esté causando la excesiva falta de precipitaciones.
Es conocido –sobre todo en el último tiempo- el déficit de lluvias gran parte del año desde la latitud 45° S hacia el norte, incluso en los meses de abril-septiembre, fechas en que la época invernal reina en el país y que debiera precipitar cantidades comparables a hace 10 años atrás y no sucede así; principalmente en la región central de Chile, entre los 30° y 40° de latitud sur, alcanza anomalías pluviométricas negativas y con valores por debajo de la media anual climatológica entre un 35 y 100%, según informes de meteorólogos de la Oficina Meteorológica de Chile.
La calamidad y la desdicha podrían venir con la sequía, esperando que la IV Región, un poco acostumbrada a estos avatares y sucesos, pueda resistir con estoicismo los meses que vienen.

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