REEMPLAZANDO AL PETR

REEMPLAZANDO AL PETRÓLEO

BIODÍSEL, LO QUE VIENE


Siendo Chile un país altamente dependiente de fuentes externas para el suministro del petróleo y sus derivados, está en una posición extremadamente dificultosa al no contar con materia prima para abastecer sus propias necesidades. Si el país tuviera petróleo como tiene cobre, sería la elite del planeta y los países árabes como el resto del mundo estarían envidiando plenamente a esta larga y angosta franja de tierra magistral. Pero no es así.
En cada rincón del mundo, los importantes recursos energéticos son estratégicos para cada país. Chile no los tiene en variedad, y como no hay petróleo debe importar alrededor del 70% del necesario para subsistir y seguirá haciéndolo, si no se descubren nuevas fuentes energéticas que lo reemplacen.  Una de estas fuentes que ya se está usando es el GLN (Gas Licuado natural), pero el principal proveedor ha estado fallando por diversas circunstancias internas, rebajando las cuotas de entrega y poniendo al país en una disyuntiva. La cadena energética del país vecino está encabezada por un oligopolio que es conducido por Repsol YPF, conglomerado extranjero que el año recién pasado extorsionó al gobierno argentino con reducción de entrega para su propio consumo interno.
Pero no sólo el GLN proveniente de Argentina es una opción de reemplazo del petróleo, hay países como Ecuador, Trinidad y Tobago y últimamente Venezuela, como el oferente más atractivo y confiable por garantizar el abastecimiento de GLN ya que lo puede proveer por los próximos 50 años a un valor muy económico.
Pero, para sustituir al energético que está haciendo cada vez más ricos a los países árabes, está el “biodísel. El biodíesel es un éster que puede ser obtenido a partir de diferentes tipos de algunas algas oleaginosas, semillas y vegetales tales como la soja, maní, colza y palmera, entre otras. Químicamente se obtiene por la reacción entre  ácidos grasos, los alcoholes (metílico o etílico), además de hidróxido de sodio en pequeña cantidad. Estos elementos se someten a un proceso denominado transesterificación, en donde los aceites derivados orgánicamente se combinan con el alcohol  y son químicamente alterados para formar esteres grasos, como etil o metilester. Como subproducto se obtiene además glicerol, utilizable en medicina, cosmética, industria,etc.
La importancia del biodiesel es que permite que sea usado en cualquier motor diesel, sin necesidad de adaptarlo, según señalan los ingenieros y lo que es también de vital importancia en nuestros días, es que es biodegradable y muchísimo menos contaminante que el diesel tradicional. Al final, los esteres grasos pueden o no  mezclarse con el diesel producido del petróleo. Ya existe en el mercado de algunos países el Biodiesel B30, que lleva un  30% de esteres grasos.
La fiebre de investigaciones, innovaciones y proyectos que despierta el biodiesel en varios países tiene un aguafiestas, personificado en la necesidad de subsidios para que la producción del nuevo combustible sea factible en términos económicos.
El problema es que los aceites vegetales, que se convierten en biodiesel por medio de la reacción química con etanol o metanol, cuestan más caro que el gasóleo o petróleo diesel, por ahora, pero si existe una ayuda estatal para subvencionar la fabricación, se estaría solucionando una parte del transporte público y el de los trabajos agropecuarios.
Además, proteger el ambiente es hoy el estímulo más evidente de muchas iniciativas con biodiesel. Sus ventajas económicas están por comprobarse, pues los costos de la producción industrial aún no se conocen.
“Con este combustible, el motor dura el doble y el ruido baja a la mitad”, aseguró uno de los ingenieros que lo promociona.