Saturday, August 11, 2007


Las impulsivas enemigas de los vuelos.


Si hay una seria enemiga de la aeronavegación, es la proterva meteorología, que esconde ladinamente una larga lista de eventos climáticos que afectan directamente a los aviones.


Muchas veces la impotencia deja los dientes apretados de ira, otras tantas hace golpear con el puño el apoya brazos del asiento y cambia radicalmente la planificación final del vuelo; tuerce los itinerarios y a menudo, lleva al pasaje completo a lugares diferentes del destino que tenía planificado. Uno de estos traidores eventos -aunque naturales- es la niebla, aquella que sepulta aeródromos y aeropuertos.
La manifestación meteorológica radica en la formación nubosa al nivel de la superficie terrestre; en el caso de los terminales aéreos y otros lugares, se trata de capas de “estratus”, que están formadas por millones de minúsculas gotas de agua en suspensión y pareciera que su destino es reducir la visibilidad horizontal, elemento vital para los vuelos que salen y entran a un aeropuerto.
Hoy, en muchos terminales aéreos de países europeos y norteamericanos, existen sistemas electrónicos de ayuda al aterrizaje con condición de visibilidad “cero”, (ILS CAT III) pero, para que pueda ser usado, se necesita que la aeronave y el piloto se encuentren habilitados para ello y con el equipamiento terrestre correspondiente para realizar la delicada aproximación. Mucha gente se pregunta, ¿por qué unos vuelos aterrizan y otros no? Los que tienen los elementos indicados, lo pueden hacer, los otros deben irse a sus aeródromos de alternativa.
La mayoría de las nieblas se originan al evaporarse la humedad de la superficie terrestre en la noche o madrugada, por lo que provoca un ascenso de aire bastante húmedo que se va enfriando a medida que se eleva (a mayor altura, menor temperatura), una vez frío se condensa y entrega la condición justa para que se produzca la formación nubosa a ras de piso, lo que conlleva de inmediato a una disminución de la visibilidad horizontal, dejando a muchos vuelos sin poder despegar o aterrizar.
La del atardecer, después de la puesta de sol y con un cielo ausente de nubes, donde el calor terrestre escapa a mayor velocidad, se denomina niebla de radiación y puede aparecer de un momento a otro, en forma casi sorpresiva y en corto lapso; es la más temida de las nieblas.
Existen varias otras, pero necesitan situaciones geográficas especiales: las nieblas de viento, las de vapor, las de precipitación, las de hielo, que en la Región de Coquimbo no suelen darse.
La situación que se crea con este efecto, es capaz de cerrar aeropuertos y carreteras. En muchos lugares se intenta hostilizarlas con calor, como hacer que alguno de los cuadrireactores, voluntariamente, se pasee a lo largo de la pista intentando introducir temperatura para calentar el ambiente. A veces resulta, pero cuando las temperaturas exteriores son cercanas a cero grado Celsius.
Independiente del tipo de niebla, éstas se originan cuando la humedad relativa (del aire) llega al 100% y la temperatura del punto de rocío (vapor de agua contenido en el aire cálido) se igualan; absolutamente todas imposibilitan a la aviación de un funcionamiento en condiciones normales, excepto en aquellos aeropuertos que cuenten con ILS CAT III.
Se recomienda ver video en http://www.youtube.com/; buscar : CAT III ILS Appproach o ILS Approach to Santiago, Chile