Wednesday, October 26, 2005


EL LAGO CHUNGARA EN LA MIRA

Podría estar comenzando una seria evaporación.

Científicos nacionales de la Universidad de Chile revisan resultados de una serie de mediciones de prueba en las aguas del Lago Chungará, a 4600 metros sobre el nivel del mar (MSL), el de mayor altura en el mundo y con una superficie de unos 22 kilómetros cuadrados, que demostrarían que ha comenzado a evaporarse. Se teme que la causa principal del hecho sea el calentamiento global y el resultado del efecto invernadero, al detectarse un aumento de la temperatura en el sector norte de Chile y en consecuencia una evaporación mayor que lo normal.
Este lago forma parte del Parque Nacional Lauca, ubicado a 192 kilómetros de Arica y a 51 de la localidad de Putre. Sus afluentes vitales son el río Chungará y el río Sopocalane, los que colman los 33 metros de profundidad del lago, dotándolo de un hermoso color turquesa y de muy frías aguas, que no permiten permanecer mucho tiempo en un eventual baño. La hermosa vista permite apreciar el reflejo perfecto del volcán Chungará sobre el espejo de agua.
En su fauna existen aves únicas en el mundo y otras especies como pato yeco, perdiz de puna, taguas, cóndor y el famoso flamenco chileno. Pululan de igual manera algunos mamíferos como pumas, zorros, vicuñas, alpacas y vizcachas.
¿Cómo será la vida de estas especies en unos 20 años más, si realmente se mantienen los índices de evaporación actuales?

Es preciso destacar que hace unos siete años, el departamento de Ciencias Ecológicas de la Universidad de Chile, evacuó un informe en el que definía un estudio entre 1986 y 1999 y señalaba que su salinidad había bajado, la temperatura acrecentado y el volumen de agua disminuido en alrededor del 7%. La experta Irma Vila apunta a que la razón de esos niveles se debe, principalmente, a la continua extracción de agua de las compañías mineras del área y al evidente cambio climático en la zona del altiplano chileno. Aunque hasta hoy no hay estudios ni observaciones específicas, la experta tiende pensar que la evaporación se debe a los dos factores enunciados anteriormente. Agrega, además, que los cambios que se han experimentados en la zona han repercutido negativamente en la flora y la fauna de esa región altiplánica chilena. ¿Entonces, está afectando al lago Chungará el temido efecto invernadero?
De la misma forma, el río Amazonas, el mayor río del mundo con una longitud de 6.275 kilómetros, ha disminuido su caudal normal de 18.000 m3 en forma alarmante. ¿Podría pensarse también, que está en evaporación?
El río Amazonas nace en el territorio peruano y atraviesa toda la llanura amazónica hasta desaguar en el Océano Atlántico. Este río ha disminuido en forma alarmante su caudal normal, debido, por un lado, a la gran sequía que sufre la zona y que no se veía desde hace 40 años, afectando tanto a la población como la flor y fauna de la selva y por otro, al efecto invernadero mismo. Un ejemplo no visto antes, entrega una visión extraordinaria a los pobladores que visualizan el río Manaquiri, uno de sus afluentes, al observar a docenas de pirañas que saltaban, se retuercen y rizan en sacudidas casi mortales por el serio descenso de la cota de las aguas.
Decididamente, el calentamiento global es a nivel del planeta y sin duda, ya se está percibiendo. Irremediablemente, los ecosistemas pueden ser afectados y los de Chile no se escapan a ello. Si los glaciales se están derritiendo, bien podrían estar evaporándose el Chungará y el Amazonas.
http://borlonerojas.blogspot.com

Monday, October 24, 2005


LA LUZ DIVINA

Algunas veces los sueños se hacen realidad




María Dolores Fuertes, mujer trabajadora, sabedora de las labores del campo y entendida en la interpretación de los sueños y que a muchos parroquianos atendía en el lugar, amaneció un buen día soñando con una gran luz que se acercaba. A su marido, Froilán Panza y otras varias personas a las que contó el sueño -que ella misma no pudo interpretar- le dijeron que no sabían que significaba aquella extraña luz, centro de todos sus últimos sueños y que se le aparecían repetidamente. Ella presentía que en algo especial cambiaría su vida, que era como un aviso superior, de allá donde ella no tenía ojos para visualizar.
María Dolores no sabía de dónde ni porqué aparecía esa luz tan brillante en sus sueños en esa forma repetitiva. A raíz de su inquietud, que no permitía que ningún trabajo desarrollara bien, su marido le aconsejó que partiera a buscar a otro pueblo a alguna persona que le interpretara el sueño de esa luz.
Partió la mujer por muchos lugares cercanos y lejanos, conversó con muchas personas dedicadas a estos malabares, sin resultados positivos. Nadie pudo dar con una respuesta que a ella le convenciera. Pasaron los días y volvió a su casa sin encontrar lo que buscaba. Noche tras noche, sus sueños se repitieron y siguió soñando con la brillante luz que se acercaba desde el horizonte y desde arriba, hasta tocarla mágicamente.

Pese a su constante preocupación, siguió desarrollando sus tareas, tal vez, no en forma tan eficientes como antes, pero salía adelante con su labor.
Cada vez cuando salían de paseo con la familia, siempre estaba atenta a los lugares que visitaba por si encontraba el terreno que aparecía en sus sueños y que le era difícil de definir. Decididamente su vida estaba sufriendo un cambio, pues todo lo relacionaba con la extraña luz, hasta pensó que ya era una cosa divina.
Una tarde, casi anocheciendo, en uno de los tantos paseos a la montaña que hacía por todo un día junto con sus hijos y su marido Froilán, debió salir hacia la carretera cercana para conseguir un poco de agua. Cuando la estaba cruzando se dio cuenta que el paraje, los árboles y el entorno, eran los mismos que aparecían en sus sueños y ahí, arriba, repentinamente, observó a la distancia la luz, la divina luz que tanto estaba esperando. La vio acercarse y abrió los brazos con fe para sentir el calor de la divinidad que tanto esperaba. Ahí fue el fin. El gran camión con un trailer de treinta toneladas pasó raudo, violento y llenando de decibeles el ambiente con su sonora bocina acornetada. María Dolores Fuertes de Panza encontró, por fin, la luz divina tan deseada.

Sunday, October 23, 2005




LA ISLA DE PASCUA

Varios enigmas indescifrables

Este territorio chileno constituye el lugar más aislado del mundo, sin vecinos cercanos en unos 3.700 kilómetros de la costa chilena y otros tantos desde Tahiti. Está dicho en los libros y reportajes que cuenta con una natural belleza enigmática. Por momentos pareciera que una mano gigantesca hubiera depositado ese pedazo de tierra volcánica, en medio del Océano Pacífico, traída quizá de que mundo extraño y lejano que la hizo aparecer entre el complejo de islas del área polinésica, pero no es así; simplemente el hecho se debió a que millones de años después de la creación de la Tierra, una serie de erupciones volcánicas de los volcanes Poike, Rano Raraku y el Maunga Terevaka -que es el más alto de la isla con sólo 560 metros de altura- elevó los terrenos dando una formación muy parecida a la actual; luego con el transcurrir de la evolución y el desarrollo poblacional llegaron una serie de tribus polinésicas a la antigua Isla de Pascua.
Pero la tradición oral de los rapa nui, con prudencia, señala que el Ariki (Rey) Hotu-Matua, de la remota tierra de Hiva, envió a siete jóvenes guerreros a investigar y explorar la lejana Te Pito o te Kainga, ubicada en el medio del Océano Pacífico.
Tiempo después el rey Hotu-Matua toma la isla entrando por la hoy playa Anakena con dos grandes “pahi” o canoas dobles y se establecen allí con su gente. Los cálculos se acercan a que la población comienza a formarse unos 500 años a.C., bautizándola con el nombre de Te pito o te Henua u Ombligo del Mundo.
Las tribus asentadas en la isla no tuvieron acceso a conocer el metal ni la rueda y todas sus herramientas estuvieron basadas en huesos y piedras de distintas durezas. Tal vez con esas herramientas u otras ya perdidas en el tiempo, armaron sus casas de piedra, aldeas, ahu (sitios ceremoniales) y tallaron los petroglifos alrededor de toda la isla y probablemente hasta los moai, representantes más fidedignos de ese territorio, de donde emergen infinidad de leyendas.


.Aquellos volcanes que dieron origen a la isla, hoy extinguidos, se encuentran cercados de lomas suaves y acantilados que rodean la isla formando una suerte de gran triángulo de unos 180 kilómetros cuadrados amparando un clima subtropical grato y lluvioso.
Allí han existido grandes culturas arqueológicas que hasta hoy venera cada uno de los descendiente de los rapa nui, que son motivo de admiración por los cientos de turistas de todo el orbe van a visitar eso terrenos, para intentar descubrir la serie de míticos enigmas que rodean a la isla.
El misterio de los moai es uno de los más recurridos, ya que estas estatuas miden hasta unos 22 metros de altura y pesan más de 50 toneladas. Preguntas como: ¿En razón a qué fueron tallados? ¿En homenaje a quién o a quienes? ¿Qué herramientas usaron, ya que jamás hubo signos visibles de ellas? ¿Cómo los trasladaron por más de 17 kilómetros sin dañarlos desde el Rano Raraku y los ubicaron siguiendo toda la línea costera? ¿Por qué todos miran hacia el centro de la isla, excepto los siete moai del Ahu Akivi, que miran hacia el mar, hacia el suroeste?
Algunas respuestas van desde las científicas, seudo científicas y hasta la ficción ha tenido cabida. No vale la plena ni mencionarlas. Sólo los ancestros lo saben.
Los viejos isleños, aquellos nacidos en la isla y que en estos días cuentan con 80 y algo más de años de edad, como el profesor Luis Akava, señala que sus bisabuelos contaban que los moai caminaban. Esto es corroborado por Isabel Pakarati, antigua artista isleña. ¿Es posible eso? Insisten que la leyenda dice que una fuerza extraña –venida no se sabe de donde- les hacía caminar, refiriéndose al “maná”, una suerte de energía que había en el aire y que aparentemente penetraba en las estatuas y las hacía desplazarse. El profesor Akava persevera en indicar que los moai tenían “poder muy grande” y eso les hacía caminar, según los relatos de sus bisabuelos. Como haya sido, este es uno de los más grandes misterios de la isla, que se seguirá alimentando por las continuas interrogantes que se hacen los turistas y los exploradores. Y hasta ahora no hay una respuesta acertada, tal como no lo hay para “Las Tablillas Parlantes de Rongo Rongo”. Trozos de genuina madera de la isla con inscripciones talladas bajo relieve, las que hasta hoy, los más conspicuos expertos en lenguas y científicos no han logrado descifrar. Lo curioso es que los pequeños signos cubren toda la tablilla por ambos lados, sin dejar espacios perdidos entre ellos y el posible lector de ellas, se ve en la obligación de ir dándolas vuelta para seguir la idea de los cientos de dibujos allí plasmados. ¿Por qué está allí? ¿Qué relatan? ¿Qué simbolizan?
La escritura Kohau Rongo Rongo de las Tablillas, simboliza el aspecto misterioso, muy poco exotérico e indescifrable, única en el mundo -tal como los moai de la Isla de Pascua- no encontrándose antecedentes similares en toda la Polinesia.
Pero, no se pueden terminar estas líneas sin señalar que en la única parte en que se han encontrado escritura en tablillas muy similares a las de Rongo Rongo, son las halladas en Harappa y Mohenjo-Daro, ubicada en lo que es hoy el sur del moderno Pakistán, en las cuales su descubridor, John Marshall, indica que datan de 2.700 años a.C. El científico G. de Hevesy, realizo un fino trabajo de colocar los signos de la isla de Pascua y a la derecha los de Mohenjo-Daro, representando un notable parecido entre las dos escrituras, casi en un 97%. ¿Quién resuelve este misterio ahora? ¿Cómo se trasladaron los conocimientos para realizar aquellos escritos o es una simple coincidencia?
Interesante aspecto entra la India y la Isla de Pascua. La pregunta es: ¿Cuál sería el nexo de estas coincidencias?

Friday, October 21, 2005


EL ESPEJO ENMARCADO
(PBR)

La llovizna le transfiere la desagradable humedad desde que ella deja el cementerio. Lidia, que lleva también la cara mojada por las lágrimas, camina. Deambula por largo rato trasponiendo calles desconocidas. De repente, por cuestión de instinto se cobija bajo el alero de una casa de antigüedades. En un breve tiempo una extraña fuerza la invade instigándola a ingresar a aquel negocio. Otra distinta sensación de angustia le abraza interiormente, que pareciera defenderla del ingreso. La confusión la hace pensar. Una fuerza la atrae hacia el interior y otra la mantiene de pie frente al escaparate. La sensación de retirarse era la más clara, pero las fuerzas opuestas gravitan mayoritariamente. Las complacencias atravesadas y enhebradas por el curioso horizonte, le tienen contaminada con la perplejidad e incertidumbre.
La decisión de ingresar gana. Después que la campanilla de la puerta deja de sonar, el silencio vuelve. El aroma interior llega a su olfato con resabio a moho y a gato desaseado. La casi oscuridad permite distinguir algunos objetos de muestra. Son muchos, entre el silencio y el hedor de la sala.
Por fin, cuando sus ojos ya acostumbrados a la penumbra se capacitan, una voz ilegible pregunta algo. La mujer responde que sólo está observando las obras. El hombre tose escudado en la penumbra, al final del recinto. Ella sigue circulando lento entre bártulos y muebles, en una búsqueda incesante de misterio, hasta rebasar un curioso espejo que refleja su figura adulta. Ante la sensación infrecuente, se devuelve y se enfrenta al espejo. De pie frente a él siente una repentina y suave brisa fría en el cuello. Es tan débil que no apagaría ni una vela, pero la mujer la siente. Levanta el brazo y toca el frío metal del marco del espejo, el que le parece traspasar extrañas sensaciones a sus dedos. Algo allí proporciona vestigios de recuerdos alborotados que ella antes no había percibido.
Ahora el aire en su cuello sube de presión y lo siente con más fuerza. Gira y se encuentra con un hombre alto, delgado como un estilete y de macizo bigote.
-Uf… me asustó- exclama tensa, retrocediendo un paso.
-Disculpe. Sólo quiero saber en que le puedo servir.
El atendedor estaba detenido a pocos centímetros de Lidia.
-Miro… sin buscar nada –responde, aún yerta.
-¿Algo le interesa, que pueda yo mostrar?
-No. Pero me pareció extraño este espejo.
-Es algo muy especial. El enmarcado tiene más de tres siglos y fue sacado de Bulkurania.
-¿Dónde queda eso?
-Bulkurania fue una isla cercana a la costa de Latvia, al sur de Letonia. Pero ya no existe… hace unos ciento ochenta años fue tragada por el mar y desapareció. Nadie quedó vivo, solamente los que se encontraban fuera de la isla en territorio continental y si es que soportaron el movimiento sísmico. Luego las familias se disgregaron.
-Que lamentable… es toda una historia –concluye ella.
-Sí… algunos de mis ancestros paternos desaparecieron en esa hecatombe. Esto que usted ve aquí es una de las pocas reliquias que se salvó, pues unos parientes lo habían regalado a un yugoslavo.
-¿Y cómo llegó a sus manos?
-Es una larga historia, señorita, data desde los imperios duéndicos.
-Me parece altamente curiosa esta situación. Me refiero a que yo esté de pie frente a esta obra de arte –dice y señala el espejo, haciendo una figura en torno al enmarcado.
El hombre realiza una señal afirmativa con la cabeza, agregando un leve movimiento que fue lentamente deteniéndose.
-Hace años vino un italiano y quedó tan sorprendido como usted por la moldura de este espejo –comentó.
-¿Habrá sentido lo que he sentido yo, una suerte de energía extraña que me trasmite esta cosa? –consultó.
-No lo sé. Estuvo sólo un rato y nada comentó. Lo dejé por un momento y cuando volví no estaba. Salí a la calle a verlo y no había rastros de él.
-No me asuste. ¿Y volvió alguna vez?
-Jamás.
-Usted me sigue asustando.
-Sólo le cuento la verdad, no sé que demonios pudo pasar –afirma el hombre.
La mujer vuelve a mirar el metal que rodeaba el espejo. Es de un plomizo brillante y liso. Levanta la mano y lo toca nuevamente, deslizando un dedo. La temperatura es distinta; ahora es tibia y agradable.
Repentinamente una barata sube por el cristal brillante del espejo y se introduce por la apretada juntura del marco metálico.
-¿Vio usted eso? –exclama ella, en voz alta.
-¿A qué se refiere?
-¡A la barata inmunda esa! No es una ilusión.
-Muéstreme donde –exige, el hombre.
La mujer señala con el dedo el lugar.
-Aquí –afirma con vehemencia.
-No puede ser, por ahí no cabe nada. Paso horas limpiando la moldura, por el polvo acumulado entre el marco y el espejo y no cabe ni una uña.
-Mire… por aquí –asevera la joven y pone nuevamente el índice.
Primero, desaparece el dedo y la mano. Luego, como un papel delgado y fino, el resto. El hombre se queda solo frente al espejo enmarcado. Una convulsión le endurece el cuerpo, suspira y da media vuelta.
-Eso le pasó al italiano. Es el mar de Bulkurania, que sigue reclamando –murmura.
Insc. Nº109.436



HA MUERTO UN LIBRERO
(PBR 1999)


Aquel mediodía nublado entraron al Café Luz a beber un poco del brebaje del afecto, el de la amistad y de la confidencia.
-¿Por qué te ves triste?
-Debe ser porque ayer murió un librero -dijo Muñoz, lentamente, mientras tomaban asiento alrededor de la mesa de siempre.
-¿Quién murió?
-Don Pepe –expresó con voz grave- Era un hombre sabio en su materia y en muchas otras más. Librero de la calle San Diego, de esas de libros viejos donde encuentras el pasado y la huella de muchos, comprimidas en unas cuantas páginas de un libro o revista.
-¿Lo conociste bien? -interrogó Ramón, interesándose en ese hombre
-Sí. Lo conocí muy bien. Tuve esa oportunidad.
-Vamos... Muñoz, cuéntame de él.
-Don Pepe habitaba en el fondo de su librería, que en realidad tenía el porte y el señorío de una biblioteca. Tu podías tocar y sentir el silencio en esa inmensa tienda -dijo el relator, mientras afirmaba su mentón con la mano, reflexionando y recordando instantes vividos con él. -¡Ha muerto un librero! “Tu muerte fue un silencio de granero”, como dice Neruda en uno de sus hermosos poemas. ¿Te has dado cuenta que no hay nada más silencioso que un granero?
-Ahora que lo señalas, sí. Neruda tiene cosas hermosas, que muchas veces no notamos -señaló Ramón, al tanto que revolvía su taza con café.
Muñoz bajó la cabeza, pensativo, haciendo una leve señal afirmativa y cogiendo un libro que había dejado sobre la mesa, abrazándolo contra su pecho.
-Pero un oído alerta puede oír en un granero el sonido de la vida, la silenciosa música de la vida. Allí está, latente, esperando que alguien, como la mano de un labrador o de un sembrador, resuelva convertir ese silencio en vida, en espiga, en pan...
-Su librería debe haber sido así, repleta de silencio.
-Así es. Su librería era silencio. Era silencio y poesía, porque este hombre también era un poco poeta. De vez en cuando nos contaba cuentos y leía poesías, que eran como la seda. Hablaba despacio, adelgazando las palabras y, a mí, me parecía que era una voz fresca como una hebra de río. Adiós librería, adiós don Pepe. Ambos se avenían muy bien. Ambos se conocían más que hermanos. Esa librería tenía “silencio de granero”. ¿Qué otra cosa es una gran librería de las antiguas? Ese tipo de lugares está lleno de vida, de ideas, de belleza, de crueldad, de ataques, de agresiones, de desprecios, de viajes lejanos. Todo eso es una librería, porque dentro de ella están esos conceptos en los volúmenes. Una librería cuando está dirigida por un gran librero como era don Pepe, le inculca ese efecto especial. Sólo él sabía donde estaba ubicado cada tomo metido en los estantes. Los tenía en la mente. Debes de saber que un gran librero es capaz de encontrar un ejemplar, casi sin mirar la ubicación. Para quien no conoce una librería de aquellas antiguas, todo es un misterio, es extraño, es casi incomprensible. Para un buen librero... no.
Nuevamente se quedó pensando. Ramón lo observo atento. Muñoz tenía la vista clavada en lontananza, o parecía hacerlo sobre una de los cerámicos de la cafetería. Sus pensamientos estaban arremolinados tratando de conectarse con los del librero, que ya se encontraban arriba, tal vez en el cielo. Se lo imaginó con la ropa que usaba constantemente. El largo chaleco gris de invierno y verano que lo envolvía, porque él era atérmico. No sentía ni calor ni frío.
-¿Sigues pensando en el librero?
-Sí. Me cuesta pensar que está solo -respondió Muñoz.
-¿Y quién te dijo que está solo? –objetó- ¿No puedes pensar que, quizá, ahora está junto... a Gutemberg, por ejemplo? Tal vez lo conoció ayer y hoy ya son amigos.
-¿Gutemberg, el de la primera imprenta?
-¡Sí! Pudiera ser que estén juntos -ratificó Ramón.
-Posiblemente -afirmó Muñoz, plasmando la idea y levantando la mano con el libro que había tenido abrazado- Si, mi viejo amigo, a lo mejor han unido la imprenta y la librería. Esto que tengo aquí -dijo, mostrando el libro- es el aparato más increíble, la máquina más perfecta que inventó el hombre. Puedes viajar o instalarte en cualquier época de la historia. Puedes revivir a poetas, escritores y traerlos a tu lado, saber sus pensamientos, conocer de sus reflexiones. El libro es una herramienta hermosa, es cómoda, está cargada de estética, de belleza, de ideas... Don Pepe manejó esto con idoneidad y conocimiento... y la vida se lo ha llevado... se lo ha llevado dejándonos su recuerdo... y ahora estará en el cielo, acompañado de otros libreros como él y de muchos amigos.
Ramón lo siguió observando mientras pagaba el consumo. Luego las miradas se encontraron. A Muñoz le brillaban los ojos con una suerte de luminosidad de perlas nacaradas.
Se levantaron, arreglaron las sillas alrededor de la mesa y Ramón puso una mano en el hombro de él y salieron hacia la brisa de la calle, cada uno a sus quehaceres.
Insc. Nº 109430

Thursday, October 20, 2005


EL EXTRAÑO OVNI DE COSTA RICA

UN ACIERTO FOTOGRÁFICO EN LOS ANALES DE LA OVNILOGÍA


El acertado caso de la fotografía de Costa Rica ha sido asignado a Gepan desde 1981 por J.P. Bergoeing. Tomada desde un avión del Instituto Nacional Geográfico de Costa Rica el 4 de septiembre de 1971, a un altitud de 10.000 pies, volando cerca de la cordillera de Titaran (10° °35'N, 84°55 W), la toma número 300 de la muestra, representa un objeto de apariencia circular y metálico, que pareciera estar entrando o saliendo del lago. Si la luz del sol está al mismo nivel, este objeto debiera tener un diámetro del orden de los 50 metros.
Las tomas inmediatamente posteriores a la N° 300, tomadas inmediatamente antes (la N° 299) y después (la N° 301), a 20 segundos de intervalo, no muestran nada en el mismo lugares. El examen meticuloso de los tres negativos originales traídos por Jacques Vallée en 1990 y entregados con fines de asistir al equipo de Defensa, permitió eliminar la hipótesis de una anomalía del film (efecto del estrella u otro). Algunos trabajos el Vallée, de R. Haines, C. Perrin de Brichambaut, F. Louange) mostraron que el objeto parecía emitir una propia luz y operar con un movimiento de vaivénen, el momento en que se le tuvo a la vista. Este caso se localiza en el límite del dominio de los casos OVNI, porque, por una parte, se obtiene una sola foto sin mayor información y, por otro lado, nada indica el carácter etéreo o volante del objeto supuesto, que sólo aparece al nivel de tierra fotografiado desde el cielo. Esto constituye un enigma interesante dentro de la onvilogía, no obstante que contrariamente a la mayoría de fotografías supuestas de OVNI, la muestra es muy rica en información fotográfica y geométrica…

De la Revista VSD, enviada por Bernard Thouanel


EL NECTARÍVORO


El picaflor, conocido también como colibrí, jubilosamente batía sus alas mientras su largo pico y angosto pico se mantenía dentro de la flor, succionando el néctar que le satisfacía al máximo. El refulgir del metálico plumaje vislumbraba destellos que recordaban la acción de las planchas de acero candentes, cuando se les pasa por agua helada, excepto que de él no salía vapor alguno, sólo el aire que nacía de sus vertiginosas alas daban cierto movimiento a las hojas cercanas. No satisfecho con el nutriente, partía a la flor vecina a sesgar glándulas azucaradas. Pasaba el día completo entre pistilo y corola.
En septiembre, cuando la alfombra florida de mil atractivos colores nacía en los campos chilenos, el pequeño colibrí vibraba de satisfacción. Le atraía la profusión multicolor y las atractivas formas de las flores. Le fascinaban los hibiscos y era capaz de dejar una orquídea púrpura a las abejas –las que podían penetrar por el túnel oscuro hasta el néctar- para dedicarse a un hibisco.
Aquel domingo por la tarde, mientras buscaba uno de sus predilectos, observó una mancha blanca que salía del verdor y la arbolada –si hubiera sido estudioso, sabría que esa era una casa de campo- desde donde sobresalían orgullosos varios hibiscos. Hizo un rápido giro hacia ellos y metió la cabeza en uno. Repentinamente, sin aviso ni ruido alguno, se le nublo el mundo y sus ojos sólo vieron la negrura. Una pequeña mano de niño lo tomó desde dentro de la lona verde y lo metió a una jaula de delgados y finos alambres de color cobre. Allí terminó.
Se acostumbró a picotear –en contra de su naturaleza- alpiste, trozos de lechuga, zanahorias y hasta zapallo cocido. Alimentos que jamás había imaginado. Su postre siempre fue un minúsculo dedal de miel de abeja, que cada vez que la tragaba, cerraba los ojos para darse la sensación que tenía su largo pico metido en un hibisco.


EL PICHÓN


Salió del edificio más alto de la gran ciudad en busca de su amada.. Se desplazó por distintos lugares de la metrópolis, sin resultados. Ya cansado y sólo por casualidad la divisó en la iglesia, quieta y tranquila. Inmediatamente se dirigió a
Hacia ese punto, rápido como un halcón. Al llegar, extendió sus alas hacia atrás, bajándolas y haciéndolas perder el ángulo de ataque que disminuyó su velocidad. Lo mismo hizo con la cola de abanico, la que movió leve y rápido para mantener el equilibrio. Bajó lentamente y se paró agarrándose con sus patitas rosadas al fierro de la cruz. Ella estaba parada en el otro extremo. Sus delicados ojos de tonalidades rojizas le miraron y él, con las pequeñas plumas de su cuello engrifadas, le lanzó un sonido de arrullo que le llegó a la hembra, haciéndola reaccionar.
Ambos, con pequeños pasitos laterales se acercaron al fierro central de la cruz y quedaron casi topándose. El pichón, de un color pardo brillante con la cabeza más oscura y ella, menuda y blanca con sólo algunas plumas de la cola grises, rozaron sus oscuros picos repetidas veces, teniendo el fierro central de la cruz de por medio y comunicándose plenamente como si ese fuera el idioma del amor.
Jamás se supo que conversaron. Sólo se les vio salir volando desde allí muy juntos hacia el oeste de la ciudad. Hicieron mil piruetas en el aire, demostrando la juventud que sentían y vivían. Sus alas, huesos, plumas remeras y plumas timoneras conseguían con estos vuelos la potencia y ligereza que necesitarían en al futuro. Cada cierto tiempo se detenían en algún techo o cable y picoteaban por costumbre cerca de sus patitas. Volvían a acariciarse con sus picos demostrándose lo que sentía uno por el otro. Luego de un rato, volaron nuevamente haciendo despliegue de todas sus habilidades, siempre hacia el poniente. La ciudad misma ya había quedado atrás, pero a ellos eso no les importó. Estaban juntos. Por eso no se dieron cuenta, ni sintieron la descomunal mole de 152 toneladas que ascendía rugiendo agudamente hacia las alturas.
-¡Santiago Centro, el 179! –llamó por la frecuencia de radio, el piloto.
-179 prosiga –respondió la voz del centro de control.
-Aparentemente en el despegue, se metieron un par de pajarracos en la turbina número uno, instrucciones para regresar…

Wednesday, October 19, 2005


OTRO RECUERDO DE NIÑEZ

Las salidas


Los días domingo, nuestro padre Juan Borlone Ortíz, solía sacarnos a mi hermano y a mí a pasear a distintos lugares de Santiago.
Aquel domingo le tocó al Cerro San Cristóbal; yo tenía unos diez años y mi hermano Sergio un poco más de la mitad, había sol que no calentaba mucho, pues era junio y subíamos por la entrada de peatones próxima a la sala de espera del funicular. Aparentemente mi padre quiso fortalecer las piernas de todos y nos llevó caminando hacia arriba, a una explanada, mucho antes de llegar al zoológico. Sergio a sus años, con ímpetus de energías, intentaba correr hacia la cumbre del camino, que era relativamente corto, pero para él debió haber sido como subir a una montaña. Mi padre también jadeaba y resoplaba como yo al llegar a la pequeña plaza donde había asientos y algunas palmeras que daban sombra a las 3 de la tarde. Luego las nubes se fueron acumulando sobre nosotros, poco a poco y pobre sol que había se fue recogiendo.
Nos sentamos en un banco de cemento muy frío y nos compró una manzana confitada que se agarraba de un palo que sobresalía de la parte inferior de la fruta. Nuestras bocas quedaban embadurnadas de esa extraña mezcla de color rojo azucarado que traían las manzanas. Íbamos sólo en la mitad de la merienda cuando repentinamente se dejó caer una continua lluvia, “a cántaros”, como decía mi madre y no estábamos preparados para eso. Como pudo, nuestro padre, me tomó de la mano y a Sergio lo cargó en sus brazos, bajando en un rápido trote cerro abajo. Todo era una chispeante risa mojada que nos alegraba el juego. Llegamos abajo a cobijarnos a la sala de espera del funicular, jadeando y mucho más cansados que cuando subimos.
Lo extraordinario de la situación, fue que Sergio no dejó de comer su almibarada manzana y cuando mi padre lo bajó de los brazos, era una era una rojiza manzana él mismo. La cara de Sergio estaba toda pintada con la mezcolanza roja porque no dejó de intentar masticarla en el recorrido y la lluvia se encargó de hacer fusionar el fárrago en su propia cara.
Cuando llegamos casa y mi padre contó lo sucedido a mi madre mientras servía el té, volvimos a recrear aquel increíble momento
Tal vez Sergio no lo recuerde, pero hay otras ocasiones en que nos reímos todos juntos por los hechos sucedidos.


TEMOR POR EL HURACÁN WILMA

Evacuan sectores de los Cayos de La Florida


Si bien el temido huracán se encuentras a más de 500 kilómetros de las costas de La Florida, la intensidad de los vientos de más de 280 kilómetros a la hora ha generado de parte de las autoridades una rápida evacuación de los cientos de turistas de los Cayos.
La inminente amenaza del Wilma grado 5 a las costas mexicanas tiene en alerta a la población ante el desafío y peligro que significa la fuerza de los vientos que genera el huracán, hasta unos 80 kilómetros alrededor del centro del mismo del huracán que tiene un desplazamiento de unos 12 kilómetros por ahora.
Expertos del centro Nacional de Huracanes de Miami, señalaron el Wilama podría llegar a ser catastróficamente mortal.
Una información de uno de los aviones espaciales que vuelan por el sector, perteneciente a la Fuerza Aérea de Los Estados Unidos, señaló que la presión atmosférica que se captó en el ojo del huracán alcanza a unos 884 milibares (hectopascales), quebrando la baja presión anterior registrada en el año 1988 por el huracán Gilbert, que alcanzó los 888 milibares. Esos cuatro milibares de diferencia señalarían la fortaleza con que viene viajando el huracán Wilma.
En estos instantes grandes lluvias y olas gigantescas afectan a Jamaica, Cuba y Nicaragua, según informan los meteorólogos.
(19 octubre 2002, 17:00 horas de Chile)

EL HURACÁN WILMA YA ESTÁ EN CATEGORÍA 5

El peligro amenaza desde Honduras a la Florida

Las intensas lluvias que pasaron por Jamaica golpeando con intensidad a la población, se caracterizan por la gran cantidad de agua que acumula y los 280 kilómetros por hora que desplaza.
Existe una alta preocupación en los meteorólogos de la región por la prontitud del desarrollo de la tormenta Wilma a Huracán grado ya 5 por la intensidad de sus vientos y la gran cantidad de agua caída. Su desplazamiento lo hace recorrer unos 12 a 13 kilómetros por hora con rumbo hacia La Florida y ha aumentado las aprensiones de cómo podría afectar a toda la zona petrolera del Golfo de México. La ciudad de Nueva Orleáns nuevamente está en pie de guerra contra Wilma, pues aún se están recuperando del Katrina, de Rita y los estragos que ellos dejaron, aunque no está claro que su rumbo sea hacia esa ciudad.
La población del área se mantienen informada por las autoridades y existe preparación previa de una posible evacuación, si es necesario, mientras tanto permanecen en sus casas. Los habitantes de Honduras están en alerta máxima en razón a las fuertes lluvias que azotan el litoral Atlántico. Se estima que en unasa30 horas más Wilma podría alejarse de ese sector costero, aunque no desechan que podría traer grandes inundaciones en Honduras y lo mismo piensan las autoridades de Nicaragua.
Se sabe que desde 1851 se comenzaron a registrar antecedentes y datos meteorológicos acerca del conducta y proceder del clima en el trópico, sobre todo en el sector del Atlántico y hoy se está igualando o por lo menos superando todas las marcas registradas anteriormente. En 1933 hubo 21 tormentas tropicales y con Wilma, ya se iguala esa cantidad.
El Centro Nacional de Huracanes con sede en la ciudad de Miami, indica que Wilma podría dirigirse hacia el extremo norte de la Península de Yucatán, en México, o posiblemente al extremo oeste de Cuba, en la provincia de Pinar del Río.
Esta temporada –bastante activa- de huracanes de 2005 ya ha aniquilado los nombres adjudicados a las tormentas que se forman, por lo tanto no queda otra solución que, si hay una nueva tormenta tropical, deberá usarse un nuevo modelo de nombres, como por ejemplo el alfabeto griego. La próxima tormenta podría denominarse Alfa.

Tuesday, October 18, 2005


LA FLOR EN LA MANO

P.B.R.

Era el tiempo de podar las rosas. El jardinero lo estaba haciendo cuando lo vio y dijo:
-Linda flor trae en la mano, don Elizondo.
-Sí, es cierto, amigo –respondió- El resto de las flores se quedó acompañándola. Es triste quedarse solo después de estar cincuenta años juntos.
-Así es la vida, don Elizondo, pero tenemos que seguir viviendo.
El viejo lo miró y asintió con la cabeza. Entró a la casa y se sentó.
En el mismísimo instante en que el jardinero terminó de podar la última rosa, se sintió el estruendo que lo llevó a juntarse con ella.



EL LORO MATÍAS

Un loro inteligente

Aquella noche la tormenta arreciaba. En medio del belicoso océano, ésta recrudecía y movía al frágil velero de carga como a un palo de fósforo en una cascada. La tripulación, ante tales circunstancias, preparaba los botes para lanzarlos al mar y abandonar el navío que hacía agua por doquier. El capitán Smith y el contramaestre Harryson gritaban dando órdenes, afirmados ambos en los gruesos cordeles de cáñamo trenzado que nacían de una de dos las vergas que aseguraban la vela, ya desgajada por el desventurado azote de la naturaleza. El trinquete peligraba seriamente con los continuos y bruscos movimientos de la nave. El viento seguía a más de 50 nudos a y creciendo en intensidad.

En la bodega inferior del navío, saturada por la carga de sacos de harina que llevaban destino a Bombay, el loro Matías, que en realidad era un “guacamayo pechiamarillo”, estaba agarrado firmemente con las patas, de escamas pardas, al saliente de una ventana de la bodega. La pequeña ave, de notorias plumas amarillas y verdes en todo el frente, adornado con vivaces colores y de curvo pico oscuro, tenía unas extrañas líneas negras que formaban figuras alrededor de los ojos y soportaba estoicamente el vendaval de agua que todo lo mojaba. Con repetidas sacudidas intentó sacarse el agua de las plumas, corriéndose a saltos, desde las distintas partes donde se paraba.

Los botes con la tripulación completa ya navegaban, con aspiraciones de ascensor, sobre las crestas de las gigantescas olas que nacían, nadie sabe de dónde. El único ser viviente que permaneció a bordo de la nave fue el agobiado loro Matías, que a causa del olvido y la apresurada tarea de salvarse, nadie lo rescató.
El pobre loro pasó varios días sobre los restos de palos, trinquetes y tablas diversas, que mantenían, por milagro, algunos sacos de harina que, mezclándose con agua de mar, sólo eran una insólita mazamorra, la que fue el alimento de la pobre ave por varios días.

Cuando el sol calentó la dejadez de la natura, los restos del navío -que no eran más que un montón de destartalados maderos- flotaron acercándose a la costa con el loro Matías en el tope, sufriendo de una descomunal hinchazón. Más parecía una extraña pelota color verdosas amarilla que un loro “guacamayo pechiamarillo”.
Sobre la atisbadura, esperando que la mole de desarmados y negruzcos palos se acercara a la playa y varara por fin, el loro Matías esperaba pacientemente. Cuando así sucedió, intentó despegar con la intención de atravesar el aire e ir a parar más allá de la arena donde estaba encajando la mole de palos. Fue como lanzar el ancla al mar. No pudo volar y debió chapotear y luego caminar paso a paso, como lo hacen los loros, hasta una misérrima cabaña instalada donde comenzaban las palmeras.
Entró por la puerta entreabierta y subió, con un trabajoso esfuerzo, al respaldo de una silla. Cerca del fogón, en el cual hervía una olla con agua, se encontraba una mujer en los menesteres de cocinar y en un visible estado de estar pasando los últimos días de su embarazo. El loro Juvenal, desde la silla, fijó la mirada en la mujer y la escrutó quietamente. Luego gritó:
-¡Oye vieja, jodío el engrudo! ¿Ah?


LA HIGUERA DE SAN JUAN

También sirve para otras cosas

Un joven muy bailarin y carretero llega a una fiesta en que festejaba a San Juan; observa por un rato a su a alrededor y no encuentra a una pareja con quien bailar. De crepente mira hacia una mesa y una linda señorita estaba sentada con sus padres. Se dirige hacia ellos.
-¿Me permitiría bailar con la señorita? -dice el joven al padre.
Los padres y la joven se miran entre si y le responden:
-Disculpe joven, lo que pasa es que la señorita no tiene piernas.
El joven, sorprendido y apenado responde: Perdóneme, pero no era mi intención ofenderles, no sabía lo de su estado, pero aun así, quisiera bailar con ella, yo la sujetaría fuerte y así bailaríamos sin problemas.
La señorita y sus padres aceptaron y los dos empezaron a bailar. Pero como la chica estaba muy pegada a las partes íntimas del joven, éste empezó a excitarse y ella también. Entonces él le propone a la chica estar en un lugar más solo y ella le dice que en la parte trasera de la casa hay un árbol de higuera y que ahí podría ser.
Cuando están debajo de la higuera, él le propone hacer el amor, pero no sabe como hacerlo. Entonces ella, bajando la vista le responde: Si me subes un poco, me sujetaría de esa rama de la higuera, la ves? Sí, dice él, me parece bien. Luego de realizar el acto entre murmullos y jadeos, la baja abrazándola y se dirigen a la mesa de los padres de la joven.
-Aquí está su hija, Señores. Gracias por todo dijo el joven, con una venia.
Y los padres de la chica le responden:
-Usted sí que es todo un caballero, noble, honesto y gentil.
-No es para tanto -interrumpe el joven.
-¡Pero claro que sí, señor! Usted es el único que la ha traído de vuelta hasta aquí. ¡Los demás me la dejan colgando en la higuera!


CUENTO


LOS TRES GRANDES DESEOS (Inscripción 109.345)


El mes de agosto es el mes de los gatos y en la región aquella no había muchos, pero sí había proliferación de burradas. Los mulares, asnos y jamelgos reinaban desde hacía muchas generaciones en las tierras cercanas a las montañas, en cuyos picos blanqueaban aún, con pobre brillantes, las nieves eternas. A mediados de agosto, cosa rara en el pueblo de Caluraqui, alumbró el sol todo el día y algunas pequeñas flores silvestres asomaron a la ladera cercana a la casa de Leucotón Viñales, como queriendo afirmar que las últimas lluvias estaban prontas al fenecimiento.
-Bengucho -gritó con fuerza Leucotón, para ser escuchado por el peón que estaba en los gallineros.
-Diga, patrón.
-Ensíllame uno de los animales con algunos sacos y las dos bolsas para las compras.
-Altiro, patrón.

El campesino, con el armazón de sus huesos ya gastados por el tiempo, las arterias con sus paredes casi juntas y el caudal de vejez que se le venía encima, estaba sentado en uno de las banquetas del zaguán del modesto rancho. El aspecto de agobiada tristeza, retrataba fielmente su estado de ánimo. Con la vista pegada al suelo, esperando la preparación de la bestia, pensaba en la aflictiva situación a raíz de que nadie se interesaba en comprar burros y muy poca gente consumía la leche de las burras, lo que lo tenían casi en la miseria y en la total estrechez. Para colmo de colmos, Doralisa su mujer, había viajado a la ciudad vecina a ver a su madre enferma y tardaría cinco días más en volver. Se paró del asiento una vez que hubo atado los cordones de sus viejos bototos y se acercó a los palos que asomaban del cobertizo con techo de paja. Descolgó de uno de ellos un lazo de cuero retorcido y, con la práctica que sólo tiene la gente del campo, lo floreó y lo enrolló en un brazo, quedándole de quince vueltas. Le amarró un seguro de cuero de cabra, firme como riel y lo cargó en la mano hasta llegar al animal, que le esperaba ensillado.
-Bengucho -gritó nuevamente.
-Sí, patrón.
-Voy al pueblo de Los Puentes a comprar algunas semillas y algo para comer. Cuídame la rancha y los burros. Qué no se te vayan a escapar pa` los cerros como la otra vez.
-Ya, patroncito, no se preocupe -respondió el muchacho, con humildad.


Partió Leucotón montando el animal hacia el otro poblado, hacia el sur, que era un lugar más surtido y de mayor cantidad de habitantes. Iba a un medio trote, sentado en las ancas de la bestia y zarandeandose y oscilando como una coctelera en manos de un buen barman. Antes de perder de vista su casa, que se veía como un blanco punto a la distancia, detuvo la cabalgadura y se bajó para arreglar los sacos que le servían de montura. Montó y siguió su camino, esta vez sin trotar porque quería llegar entero al pueblo. Los vetustos árboles le guiaban, como tantas otras veces, hacia su destino. Al pasar la primera ladera de los cerros que enfrentaban su terreno, después del riachuelo que corría alegre y sonoro, observó una llamativa brillantez que le atrajo la atención, debido al fuerte sol que estaba pegando ese día. Estaba al lado de un peñasco grande en la suave falda del cerro. Detuvo su cabalgadura sin dejar de mirar el destello, amarró el cordel de la rienda en una piedra del suelo y comenzó, lentamente, a subir por la suave pendiente hasta llegar al objeto que brillaba como las ollas recién pulidas con arena. Tomó el objeto y lo examinó. No era más grande que su bototo. Le pasó la mano un par de veces, suavemente, para sacarle la tierra que tenía pegada y debió soltarlo de inmediato para no seguir quemándose. Se pasó las manos a la altura del pecho limpiándoselas, cuando en el mismo instante de su acción, desde el objeto tirado en el suelo, comenzó a salir un vapor blanquizco como el humo de la leña húmeda y subió por los aires, elevándose unos dos metros y transformándose en un extraño ser, imposible de definir para él. La rara figura, a Leucotón le causó un tremendo susto que casi le produce un ataque al corazón; de inmediato echó a correr ladera abajo, con la facilidad que dan las bajadas, hacia su cabalgadura que lo esperaba.
-Amo. No corráis -dijo una gruesa voz que provenía de la figura, que cada vez se solidificaba más y comenzaba a tener forma casi humana en el espacio libre- No tengáis miedo. Volved aquí, por favor- gritó.

Ante el tremendo vozarrón, Leucotón disminuyó la velocidad de su huida y miró hacia atrás esperando verse perseguido por la extraña figura. Se detuvo y se quedó ahí, paralogizado. La enorme forma se había convertido en una apariencia de rasgos arabescos o algo que él no podía comprender y estaba quieta y pegada al brillante artefacto en el suelo. Parecía una nube blanca, de las que nacen repentinamente en el cielo.
-Subid hasta acá, amo. Tú me habéis liberado de mi encierro de mil años y por eso debo otorgarte tres deseos, ahora mismo -dijo la figura que, desde el pecho hacia abajo, se diluía en una extraña mezcla vaporosa hasta el mismo borde del objeto.
El hombre, sin comprender mucho de lo que se trataba y, además, pareciéndole extraña su forma de hablar, comenzó a subir lentamente la ladera sin quitarle la vista de encima y lleno de desconfianza.
-¿Puedes repetirme lo que me pareció escuchar? -se atrevió a decir con mucho temor, Leucotón.
-Dije que os debía tres deseos en agradecimiento a la libertad que me habéis entregado, amo. Mientras no os otorgue esos tres deseos, seguiré dentro de esta lámpara por siglos -reveló el insólito ser.
-¿Y si yo no quiero ningún deseo? -planteó Leucotón, de puro miedo.
-Sería terrible para mí. Me quedaría otros mil años encerrado aquí. ¿Os gustaría estar encerrado en una lámpara como esta? -peguntó el genio, señalándola y un poco irritado e impaciente- ¿Por mil años?
-No, no, no - contestó Leucotón, levantando una mano- ¿Y qué tipo de deseos tendría que ser? -quiso saber él, un poco más interesado y agarrando confianza.
-Los que el amo desee -contestó, prometedor el extraño ser.

-¿Cualquier cosa, aunque sea la más rara?
-Efectivamente, amo -dijo, incentivándolo.
-Bueno... entonces... -expresó con más confianza, agarrando valentía- Debo pensar bien. Espera un momento.
-¿Qué es lo que más me falta? -se preguntó para sí- La salud -se respondió -¿Qué más?, Dinero para la tranquilidad. Y..., también me falta algo importante para la virilidad... Un buen trozo de herramienta cómo la de mi cabalgadura- Ya, esclavo mío. Estoy listo para decírtelos. -dijo, avanzando un poco más.
-¿Tenéis los tres deseos? -preguntó el genio.
-Sí, los tengo.
-Bien, los escucho. ¿Cuál es el primero? -requirió la figura.
-Bueno, el primer deseo es que quiero tener la pinta de un artista de cine y completamente sano -decidió como primer deseo.
-Bien, ahí tenéis -dijo el genio, dándole la apariencia de Robert de Niro, hasta con el lunar.
-Qué bien -dijo Leucotón, muy contento y mirandose con satisfacción las manos y el cuerpo- El segundo deseo es que quiero tener mucha plata aquí y en mi casa.
-Bien, ahí tenéis toda la plata que pueda caber en tus bolsillos y en los dos sacos que tenéis en el animal, más lo que está arriba de la cama en tu casa.
-Qué increíble es todo esto. Estoy feliz, y contento. -gritó alborozado, levantando los brazos y saltando como un niño.

-Y el último cuál es -preguntó el genio, esperando que terminara su alborozo.
-Bueno... el último es... que quiero tener el sexo de ése animal. Lo quiero igual que él -dijo indicando hacia abajo, donde estaba pastando su cabalgadura.
-Ya lo tenéis, amo, sólo os falta ir a probarlo -dijo la rara aparición.
-No siento nada por aquí -dijo tocándose el bajo vientre- Pero te agradezco todo lo que has hecho por mí, genio. Me siento sano, tengo bastante dinero y tengo un sexo envidiable. Se va a asustar la Doralisa cuando vuelva y me vea -dijo, largando una interminable carcajada y mirando hacia el lugar donde estaba el genio, y ya no lo encontró. Lo había liberado. Sólo se veía el cielo despejado, sin señal alguna.

Subió a la cabalgadura y siguió hasta que llegó al pueblo. Su alegría la demostró con la amplia sonrisa que tenía en su rostro. Su instinto lo llevó al boliche de siempre a tomar un trago, a invitar a algunos amigos, y sobre todo, a conseguir una buena moza de amor comprado, que le pudiera aguantar un rato. Ahora tenía con que defenderse. Partió al baño para realizar sus necesidades líquidas, se abrió el cierre del pantalón, metió la mano para sacar su herramienta... y el grito se escuchó en todo el pueblo:
-¡Por la mierda! Bengucho... me ensillaste una burra!


EL DÍA INTERNACIONAL DEL CONTROLADOR DE TRÁNSITO AÉREO.

Un Profesional de Elite

A diario, cientos o más bien miles de personas llegan a los distintos aeropuertos del mundo para tramitar su viaje hacia alguna parte del planeta y esto es durante las 24 horas del día. Muchos de esos pasajeros desconocen la presencia permanente de profesionales –tan importantes como los pilotos- que cuidarán de su vuelo y a su vida desde las Torres de Control y otras dependencias que ejercen autoridad sobre los aviones. Sin que usted lo sepa y antes que llegue al terminal aéreo para iniciar su embarque en el aeropuerto de su ciudad, ya su avión ha avanzado un largo trecho. Su vuelo ha sido perfilado con instrucciones precisas para los pilotos y dependencias que saben que usted volará y harán todo lo posible para llevarlo sano y salvo a su destino. Esa desconocida función, de alta responsabilidad, ha sido ejercida por el Controlador de Tránsito Aéreo y muchos técnicos más.
En Chile, cada avión que se mueve en la plataforma de un aeropuerto nacional entre Arica y Temuco, con un plan de vuelo por instrumentos, sea comercial, civil, militar o de pasajeros y vaya a despegar, está bajo la confiable lupa del Centro de Control de Área Unificado de Santiago. El primer contacto lo toma la Oficina de Operaciones, en el aeropuerto de salida donde se completa el Plan de Vuelo, formulario en que se indica lo que el piloto solicita, destino, ruta y aerovías, horas de vuelo de combustible, cantidad de pasajeros a bordo y otros datos técnicos. Operaciones se encarga de enviar esos datos a todos los lugares por donde pasará el vuelo mucho antes de partir. Cuando el avión se mueve de la plataforma de estacionamiento, ya toda una red de información aeronáutica está repartida a lo largo de su ruta.
Posteriormente el servicio de Control Terrestre efectuará el primer contacto con el piloto e indicará las condiciones del campo aéreo, como viento reinante e intensidad, pista en uso y otra información técnica que servirá al piloto, mientras va rodando por la pista de carreteo. Después de llegar al cabezal de la pista y cuando está listo para despegar, el servicio de Control Local le autoriza para despegar, de acuerdo a instrucciones recibidas desde el Centro de Control de Área Unificado de Santiago (ACCU). Una vez en el aire, ese vuelo es tomado directamente por el sector correspondiente del sistema radar en Santiago, sea cual sea el aeropuerto desde donde despegó. Entonces, sólo el ACCU tiene la responsabilidad de llevar, separar y evitar colisiones entre aviones llegando y saliendo de un aeropuerto entre Arica y Temuco, si lleva un plan de vuelo “por instrumentos”. La parte sur el país está cubierta por los Centro de Puerto Montt y Punta Arenas. Los vuelos por referencia visual, los mantiene cada torre de control.
El controlador de tránsito aéreo, se encuentra expuesto a diario a desafíos, donde evalúa constantemente las situaciones operacionales y los conflictos de circulación aérea entre aviones cada vez más veloces en un espacio cada vez más pequeño: el cielo.
La Organización Internacional del Trabajo (O.I.T.), ha designado a esta actividad –controlador de tránsito aéreo- considerada como la más estresante del mundo. En segundo lugar está la del piloto de guerra.
IFATCA (Asociación Internacional de Federaciones de Controladores de Tránsito Aéreo) que cuenta con unos 50.000 miembros en 125 países, ha simbolizado como su día internacional el 20 de octubre y es celebrado en todo el mundo.
http://borlonerojas.blogspot.com

Monday, October 17, 2005

LA TIERRA ESTÁ CON GRIPE

Necesita un medicamento escaso de encontrar

Es en serio. Cada vez que los pies y la cabeza se calientan en exceso hay molestias generales; romadizo con abundante fluido; tos con soplos huracanados y el cuerpo tirita como un interminable terremoto. Y esto es precisamente lo que le está pasando a la Tierra. Cualquier ser humano con estos síntomas, por prescripción médica se va a la cama casi de inmediato.¿Dónde se iría la Tierra con esta sintomatología, si un médico galáctico le recomendara irse a la cama y con licencia?En el espacio no hay lugar donde lo pueda hacer y tendrá que acostumbrarse a los síntomas y permanecer en pie soportando los vendavales. Lo mismo sus habitantes, que son los que han desarrollado la maldita enfermedad del calentamiento global, sin importarles el futuro.Los extremos del globo, Antártico y Ártico han estado subiendo sus temperaturas los últimos 30 años y ya han comenzado a derretir sus hielos eternos, actitud jamás registrada. Las tormentas, huracanes y tifones han aventajado en número y potencia a todo lo anteriormente conocido, debido al calentamiento global, junto a los permanentes movimientos telúricos que han invadido la corteza terrestre en los lugares donde siempre ocurren.Toda esta gripe de la Tierra tiene preocupados a los expertos, científicos y habitantes conscientes del problema, que no dejan de pensar en sus propios bisnietos, nietos y hasta en los hijos que están naciendo en estos días y que les tocará vivir en el futuro.Los últimos datos estadísticos que se manejan en el presente, se desnivelan hacia que el calentamiento global que sufre la Tierra –esta suerte de fiebre alta- está aumentando el nivel general de los océanos en casi dos milímetros por año. Lo corrobora el Grupo Intergubernamental de Expertos en el Cambio Climático o IPCC, junto al British Antartic Survey que señala la gran pérdida de masa helada en ambos polos y que las capas de hielo se están adelgazando velozmente.El ejemplo está cercano. Graves accidentes ocurridos a militares argentinos por un lado y chilenos por otro, han coincidido en las caídas a profundas grietas polares en la Antártica, llevando a la muerte al grupo de militares chilenos. Se estima que la causa certera de ambas eventualidades se debió, principalmente, a la inminente delgadez que han estado sufriendo las capas de hielo.La certeza de que los hielos realmente adelgazan, proviene de información suministrada por submarinos, tanto británicos como estadounidenses, que han tomado lecturas de sonares y otros instrumentos específicos, llegando a la conclusión que la antaño gruesa capa de hielo antártica, entre 1960 y 1990 ya se ha reducido en un 40% y todo el derretimiento ha significado aumento en la cantidad de agua de mar, que últimamente ha estado inundando espacios hasta de agua dulce.Los antecedentes hacen concluir que lo que el mundo ha estado observando en los violentos e imparables huracanes que han originado miles de muertos entre los pobladores de los lugares afectados, como en el Caribe, Estados Unidos y las costas asiáticas, son absolutamente a causa de la civilización y el mal uso masivo y descontrolado de combustibles fósiles. En contraposición está la teoría de los que apuestan que los motivos del cambio climático podría deberse a que el eje de la Tierra haya sufrido una leve variación y esa acción estaría trayendo las calamidades de la fuerte gripe que sufre la Tierra.Es de esperar que el facultativo que venga a resolver esta grave enfermedad, sea acertado y juicioso.

NO CERRAR LOS CERRILLOS

ES EL GRITO ANGUSTIADO DEL AMBIENTE
AERONÁUTICO

El error de dejar a Santiago, la capital de Chile, sin una alternativa de otro aeropuerto en la metrópoli apto para recibir las aeronaves actuales, pareciera que está por cumplirse y podría pensarse que el aeropuerto de Los Cerrillos ya tiene la extremaunción.Allí, se transformará en un barrio residencial donde unas 50.000 almas podrán tener sus casas, departamentos, jardines y avenidas, pese a los miles de clamores de los que en ese aeropuerto han laborado toda su vida y donde aterrizaron y despegaron los primeros vuelos comerciales que llegaban y salían de Chile.Las autoridades gubernamentales y las de la aeronáutica civil, están convencidas que el aeropuerto internacional Arturo Merino Benítez (AMB) será suficiente para servir a la capital, sobre todo con la nueva pista paralela que se construyó hace poco. Pero la nueva Pista 17 R (significa a la derecha de la antigua, aproximando desde el norte) ya ha fallado, produciéndose peligrosas roturas en la superficie. Como muchas cosas en Chile, las hay que no salen bien a la primera y se ha comenzado a reparar con el típico parche "a la chilena". Hoy, es imposible dar uso a la pista principal u original de AMB, por estar en un profundo mantenimiento para lograr su conservación. Pareciera que el cálculo del PCN, o Número de Clasificación de Pavimento que tiene que ver con la resistencia de la pista, su flexibilidad, etc., falló.La incertidumbre que se cierne sobre la muerte de Los Cerrillos que será el 31 de diciembre de 2005, es preocupante. Entonces cabe la pregunta: ¿Cuál será la alternativa para los aviones que despeguen del aeropuerto Arturo Merino Benítez? Evidentemente ya no podría ser Los Cerrillos. ¿Seguirá siendo Mendoza, en Argentina (50 minutos de vuelo) o Concepción (45 minutos), o tal vez Viña del Mar, si las condiciones meteorológicas y de resistencia de pista lo permiten? Y no hay más. La nueva pista 17 R de Arturo Merino Benítez –técnicamente- no cumple requisito de alternativa, pues está en el mismo aeropuerto y no cuenta con el instrumental adecuado ¿Qué sucede en un despegue de una aeronave grande, de noche o de día, con visibilidad horizontal de menos de 400 metros, que es la mínima, y hay una falla de motor, fuego, etc., en la salida? Es una situación extrema, es cierto, la que se acrecienta cuando los despeguen son alrededor de los 150 metros para algunos los aviones comerciales calificados.Si la aeronave cuenta con el instrumental y la tripulación acreditada para efectuar un procedimiento e instalarse en el sistema de aterrizaje (ILS de Categoría I) de la pista 17 Izquierda (la de siempre) podría volver a aterrizar de emergencia, con muchas posibilidades; pero aviones como los que cubren el territorio nacional, deberían irse a su alternativa y volar en condiciones muy dificultosas, aproximadamente una hora, hasta tocar tierra en otro lugar. Entonces esta se convierte en una situación más extrema aún.La solución de hoy es mantener vigente a Los Cerrillos a toda costa y alejado de los negocios inmobiliarios, así también lo señalan la Federación Aérea de Chile, el Círculo de Pilotos Comerciales, el Sindicato de Pilotos de Lan Chile y otras entidades que luchan porque no haya cambios radicales, aunque el Ministerio de la Vivienda, con displicencia y desdén, sin que le importen las críticas, en un breve plazo dejará caer la guillotina al aeropuerto de Los Cerrillos.
¡Por eso existe el grito angustiado!

HISTORIAS DE LA VIDA

INVOLUCRAN A POR LO MENOS 80 SACERDOTES ACUSADOS DE ABUSAR SEXUALMENTE A NIÑOS.
Las Iglesias de Boston guardan secretos terribles.BOSTON.- Las iglesias católicas de esta ciudad guardan secretos terribles. Muchos. Son secretos que nunca debieron serlo. Involucran a por lo menos 80 sacerdotes acusados de abusar sexualmente a niños. Cientos de niños. Por extrañas e inexplicables razones la Arquidiócesis de Boston y, en particular, el cardenal Bernard Law —el sacerdote de más alto rango dentro de la Iglesia Católica en Estados Unidos— ocultaron durante años los casos de abuso sexual contra menores de edad y protegieron a los religiosos que los cometieron. ¿Cómo? En lugar de denunciar ante la ley a los sacerdotes como criminales, la mayoría de ellos fueron cambiados de parroquia o de trabajo, muchas veces manteniéndolos en contacto directo con niños en escuelas e iglesias. El caso más trágico es el del ex sacerdote John Geoghan acusado de haber molestado sexualmente a más de 130 niños desde que fue ordenado en 1962. Hace poco fue sentenciado a 10 años de cárcel por haber tocado en las nalgas a un niño de 10 años dentro de una piscina. El juez que lo sentenció dijo que Geoghan era “un peligro para cualquier preadolescente”. Y lo más triste del caso es que líderes de la Iglesia Católica —de acuerdo con los documentos publicados por el diario The Boston Globe— estaban enterados del criminal comportamiento de Geoghan y en lugar de entregarlo a las autoridades, únicamente lo cambiaban de parroquia. Una encuesta realizada por el mismo The Boston Globe indica que la mitad de los católicos entrevistados considera que el cardenal Law debe renunciar a su puesto. Pero el arzobispo de Boston se ha negado a hacerlo. En cambio, en varias conferencias de prensa durante el mes de enero, pidió disculpas y dijo sentirse “profundamente avergonzado” por la manera en que se manejó el caso del pedófilo John Georghan. La realidad es que la Arquidiócesis de Boston no dio a conocer de manera voluntaria la información sobre los 80 sacerdotes investigados. No. La Arquidiócesis fue obligada a hacerlo por las demandas en su contra —que pudieran costarle a la Iglesia decenas de millones de dólares— y por el difícil trabajo investigativo de un periódico. Los líderes de la Iglesia Católica en Boston pusieron a sus sacerdotes por encima de la ley y del bienestar de los niños violados, humillados y abusados sexualmente. Desafortunadamente los casos de pedofilia en Boston no son los únicos. La Diócesis de Manchester en New Hampshire le ha dado a la policía los nombres de 14 sacerdotes acusados de abuso sexual desde 1963 hasta 1987. Y las iglesias en poblaciones como Worcester en Massachussets y Portland en Maine tenían planeado decirle a sus feligreses quienes eran los sacerdotes que maltrataron, tocaron de manera inapropiada o manosearon a menores de edad, de acuerdo con recientes informes de prensa. Los casos de pedofilia entre algunos sacerdotes católicos de Estados Unidos son un secreto a voces. Pero nunca antes se habían denunciado de esta manera. Además, la situación puede ir mucho más allá de las fronteras de la Arquidiócesis de Boston. Si ahí 80 sacerdotes están siendo investigados de un total de 930 —es decir, el 8 por ciento— las autoridades eclesiásticas en otros lugares deberían, también, investigar y denunciar cualquier tipo de irregularidad. Ésta no es hora de secretitos. Pregunta: ¿cuántos casos de pedofilia hay reportados dentro de la Iglesia Católica en México, en Colombia, en El Salvador...? ¿Cuántos? La información no puede esconderse y debe hacerse pública. Lo que está ocurriendo en Boston debe conocerse en América Latina —donde hay una fuerte presencia de sacerdotes en la educación— para evitar que ahí se repitan los abusos. Y no sólo sexuales. Los castigos físicos y corporales forman parte de un anticuado y mal entendido concepto de disciplina en algunos colegios religiosos. Lo sé; yo estudié en una escuela católica donde frecuentemente se golpeaba a los estudiantes. Estos castigos, al igual que el abuso sexual, tienen al menos tres características en común: 1) la imposición por la fuerza de la voluntad de un adulto sobre un menor de edad, 2) la impunidad con que actúan ciertos sacerdotes frente a los niños, y 3) el secretismo en torno a posibles violaciones de la ley, que son —como demuestra el caso de Boston— más frecuentes de lo que algunos sectores de la Iglesia Católica quisieran reconocer en público. La solución para evitar estos abusos es muy sencilla (y muy difícil de poner en práctica): ningún sacerdote o religioso, ninguno, puede estar por encima de la ley y cualquier abuso (sexual y físico) o maltrato debe ser reportado de inmediato por la misma Iglesia a las autoridades civiles. El manejo interno de estas cuestiones ha resultado ser, por desgracia, poco efectivo, injusto con las víctimas y no le ha puesto un alto definitivo a los abusos. Y esto no se limita, por supuesto, a la Iglesia Católica. Ninguna organización religiosa debería —por su bien y por el de los niños que están a su cargo— esconder y proteger a violadores sexuales, pedófilos e individuos con comportamientos agresivos y abusivos. El problema es que este tipo de asuntos pocas veces salen a la luz pública. Sobra decir que la gran mayoría de los sacerdotes católicos tiene una reputación a prueba de cualquier sospecha. Sin embargo, cuando un niño denuncia la mala conducta de un sacerdote, pocos son —incluyendo a veces a sus familiares— los que creen en el menor de edad. El niño está en franca desventaja: es su palabra contra la de una tradicional figura de autoridad. El escándalo sexual en la Arquidiócesis de Boston nos obliga a poner mucha más atención cuando un niño o adolescente se queja de la conducta del señor de las sotanas. Las iglesias católicas de esta ciudad guardan secretos terriblesObtenido por gentileza de: Jorge Ramos Avalos.


HISTORIAS DE LA VIDA